

Licencia CC/Sarah and lain
Un baño árabe es algo más que sumergirse en agua. Es la cultura del bienestar y el ocio saludable. Higiene, historia, vida social y relax. En las principales ciudades puedes encontrar un hamman, en nuestro blog te contamos algunos de sus beneficios más saludables. Aunque el recorrido y los tiempos varían, lo más usual es disponer las sesiones en tres salas distintas, una de agua fría, otra de agua templada y otra de agua caliente. La primera sala caliente dilata los poros y te prepara para el resto de recorrido. La segunda sala es la templada, y es la que nos facilita una limpieza en profundidad, exfoliando la piel y dilatando los poros para ayudar a desentoxicarla. Por último, en la sala fría se descansa para recuperar la temperatura habitual, aprovechando para aplicar un buen masaje tonificador hasta que se refresca el cuerpo. En algunos baños te facilitan un cuenco y un pareo, junto con una amplia gama de jabones naturales que puedes escoger adecuándolos a tu tipo de piel. En recorrer las tres salas se puede tardar una hora y media, según se dispongan los masajes o los tratamientos específicos para cada una de ellas. Normalmente suelen estar separados los masculinos de los femeninos y el único requisito es llevar un traje de baño, el pelo recogido y hablar en voz baja para no romper el encanto relajado del lugar. Entre los beneficios están:- Limpieza en profundidad de la piel por la dilatación de los poros y por proceso activado de sudoración
- Retrasa el envejecimiento al favorecer una mayor oxigenación de la piel
- Mejora el estado del sistema nervioso y cardiovascular, tanto por su efecto relajante como por la aceleración metabólica debido a la aplicación de calor controlado
- La aplicación de calor local y los masajes ayudan con los problemas musculares o de articulaciones
- Ayuda con las enfermedades de las vías respiratorias