

Tu cuerpo convierte las calorías innecesarias en triglicéridos, que se almacenan en las células grasas; los triglicéridos pueden provenir de las grasas de tu dieta o de otras fuentes calóricas como los carbohidratos. Esencialmente, cualquier exceso de calorías que consumes, se almacena en forma de grasa.
Cuando haces ejercicio, tu cuerpo usa las calorías de los carbohidratos disponibles; una vez que los carbohidratos se han agotado, los triglicéridos son liberados de las células de grasa para proporcionar energía adicional para alimentar la actividad física.
Del mismo modo, la quema de grasa sin aumentar el consumo de calorías, significa que tu cuerpo va a utilizar más calorías de las que consumes y almacenas menos de ellas.
Para crear un déficit de calorías cuando se reduce el consumo de las mismas, hay que aumentar el nivel de actividad física o hacer una combinación de ambos. No importa el método que uses, si comes menos calorías de las que necesitas, tu cuerpo va a tener acceso a las reservas de grasa para obtener energía.
Tu cuerpo quema calorías constantemente, para mantener las funciones metabólicas, la actividad física y la digestión. Si esas calorías son fácilmente accesibles o provienen de almacenes de grasa, vas a quemar grasa, siempre y cuando mantengas un déficit de calorías.
Si comes más calorías de las que quemas, no va a hacer mella en la grasa corporal. A pesar de que es posible que se queme grasa durante el ejercicio, el efecto es sólo temporal; si quieres perder peso y grasa corporal, la conclusión es que debes de crear un déficit de calorías.
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