Es debido a su valor nutritivo por lo que se les considera apropiados para reponer fuerzas tras un intenso y duradero esfuerzo físico, en especial si conlleva un importante gasto energético. Es por ello que se consideran adecuados en deportes de gran esfuerzo, largas caminatas de varias horas o pruebas deportivas de gran duración, y esto es debido a que según se van acabando las reservas de glucógeno, el organismo emplea las grasa como combustible.


Hay que señalar que además de grasas saludables y carbohidratos, los frutos secos poseen proteínas, aunque éstas están incompletas ya que son deficientes en un aminoácido esencial: la metionina, pero esto se puede solucionar, porque este aminoácido se encuentra presente en los cereales, por lo que si se toman cereales con frutos secos en la misma comida, se obtienen proteínas de gran calidad y tan completas, como las de la carne, el pescado, la soja o los huevos.
También es destacable el aporte de vitaminas, minerales, fibras, fitosteroles y antioxidantes, que ejercen un papel beneficioso en la prevención de enfermedades cardiovasculares, ya que cuentan con un efecto anticolesterolemiante y antiinflamtorio. Son capaces de reducir el riesgo de diabetes en la mujer y de cálculos biliares en ambos sexos y cuantan con un efecto anticarcinógeno, pero según varios estudios realizados, estos beneficios se limitan a las mujeres.
A pesar de la creencia existente de que los frutos secos engordan, varios estudios han demostrado la evidencia de que el consumo moderado de frutos secos en la dieta no conduce a un aumento de peso, al contrario, ya que pueden ayudar a su control.
Imagen de: ciclismoagilenruta
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