La bulimia es un trastorno alimentario. Las personas que lo sufren no pueden dominar sus impulsos a la hora de comer muchos alimentos pero el sentimiento de culpa se apodera de ellos y les conduce a una purga (provocarse el vómito) para contrarrestar los efectos de las abundantes comidas.
Los bulímicos pueden llegar a sufrir una media de 15 episodios de atracones de comidas y vómitos por semana.
Es una enfermedad que resulta difícil de detectar porque, a diferencia de las personas que sufren anorexia, se mantiene el peso normal.
Entre los síntomas de la bulimia podemos citar los siguientes:
– Dos episodios, al menos, de atracones de comida a la semana durante tres meses y una pérdida del control de los alimentos que se ingieren. No tienen preferencias con la comida ni obtienen ningún placer al comer, sólo buscan saciarse.
-Uso de vómito regular autoinducido, laxantes o diuréticos. También es frecuente llevar una dieta estricta o ayunar para evitar el aumento del peso. Las personas bulímicas tienen mucho miedo a engordar aunque su peso sea normal.
–Preocupación exagerada por su aspecto y su figura. La comida es su único tema de conversación incluso. Las bulímicas se obsesionan con su físico para tener una presencia lo más atractiva posible. Creen que tienen unos kilos de más y se avergüenzan de su cuerpo cuando su peso es el adecuado.
– Haber realizado dietas con anterioridad, lo que puede conducir a un intento por controlar el peso.
-Pensamientos negativos o melancólicos, ansiedad, depresión, escasa concentración en las tareas que se realizan e ideas recurrentes de suicidio.
-Comer a solas o en secreto para pasar inadvertida.
-Como hemos indicado no hay cambios tan notorios como en la anorexia. Sin embargo, puede haber algunos signos físicos como hinchazón del rostro por el aumento de las glándulas salivares y parótidas, problemas con los dientes, mareos, pérdidas del cabello, irregularidades en la menstruación y debilidad.
Fuente imagen thinkstock.
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