Suele pasar desapercibida, ya que es una infección indolora, incluso para los propios afectados, pero sus consecuencias pueden resultar irreversibles. La mejor solución para evitar la pérdida de dientes y otros trastornos, como el infarto de miocardio, es una adecuada higiene y salud bucal y un tratamiento precoz.


La gingivitis es la causa más común de las enfermedades periodontales, que afectan a los tejidos que rodean y sujetan a los dientes y que suelen causar inflamación e infección en las encías. Debido a la ausencia de dolor intenso, los afectados no son conscientes de su existencia, pero se manifiesta claramente enrojecimiento, hinchazón y sangrado de las encías como principal característica.
Al evolucionar la gingivitis, suelen aparecer otros síntomas como son la retracción de las encías, movilidad y separación de los dientes; así como el aumento de la sensibilidad al frío, mal aliento y aparición de flemones, además de la posibilidad de que el hueso se destruya paulatinamente, lo que puede suponer la pérdida de las piezas, por inestabilidad o porque se caigan por sí solos.
Las características que dan la pista de existencia de gingivitis son el sangrado de encías, especialmente por pasar el cepillo, por la existencia de infección; halitosis o mal aliento, por la expulsión de bacterias o por acumulación de pus en los flemones; movilidad de los dientes o alteración en la encías por presencia de encías hinchadas o de color rojo brillante.
El tabaco, el estrés y el mal cuidado bucal, suponen un riesgo inminente para la aparición de la gingivitis y cuya evolución depende de los propios afectados. Es conveniente una adecuada higiene oral, que debe incluir el uso habitual de la seda dental una vez al día y la visita periódica al dentista, sin olvidar una dieta sana y adecuada que incluya las principales vitaminas, para evitar la aparición de la infección.
Fuente Imágenes ThinkStock.
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