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La cerveza es una bebida alcohólica, por lo que su abuso siempre será pernicioso para la salud. Sin embargo, un consumo bajo o moderado puede aportar muchos beneficios a nuestro organismo. La cerveza no engorda. 100ml aportan 45Kc, lo que supone un nivel bajo de calorías. El problema viene cuando se asocia a otros hábitos de vida como el sedentarismo, el tapeo o la ingesta de aperitivos a deshoras, pero eso ya no es culpa de la cerveza en sí. Por otra parte, la cerveza aporta grandes cantidades de vitaminas como la B12 o el ácido fólico lo que aumenta el nivel de fósforo, proteínas o carbohidratos. Como antioxidante natural, retrasa el envejecimiento de las células, disminuye el desarrollo cancerígeno y previene las enfermedades cardiovasculares, ya que al mismo tiempo sirve para controlar el colesterol. Es excelente como diurético por su bajo contenido en sodio, mientras que su alto contenido en silicio ayuda a fortalecer los huesos y a prevenir la osteoporosis. Los beneficios de la cerveza sin alcohol son iguales con la ventaja de que suprime el alcohol de la bebida, lo que añade un factor importante para aquellas personas que no quieran ingerir alcohol o que tengan como hábito el consumo de cerveza. En cualquier caso hay que insistir en que todos estos beneficios se consideran para un consumo moderado, nunca será positivo ni aumentará sus efectos si toma de forma descontrolada.