La luz es inhibidora de la síntesis de la melatonina, por lo que su producción se realiza durante la noche. Forma parte de varios procesos celulares, neurofisiológicos y neuroendocrinos que tienen lugar en nuestro cuerpo, influyendo fuertemente en nuestro sistema inmunológico. Asimismo, combate los desórdenes del sueño y ayuda a afrontar los problemas psicológicos.
¿Cuáles son los beneficios de la melatonina?
Entre sus muchos beneficios encontramos su poder antioxidante, superior al de las vitaminas A y C, y al de los betacarotenos. Con ello, reduce la acción dañina de los radicales libres en nuestro organismo, previniendo con ello enfermedades como el gaucoma, el cáncer o los derrames cerebrales. También favorece la reparación y la densidad ósea, por lo que es recomendable para prevenir la osteoporosis y las fracturas.
Una de sus propiedades más conocidas es la de regular los patrones del sueño, favoreciendo un buen descanso durante el cual el cuerpo restaura sus células y tejidos. El consumo de melatonina es, por tanto, muy recomendable en caso de insomnio o cambios de rutina, como puede ser comenzar a trabajar en un turno nocturno o sufrir jet-lag. También reduce los síntomas de las migrañas.
Por otro lado, combate las enfermedades cardiovasculares y la diabetes. Tal y como demuestran diferentes estudios, la melatonina puede mejorar los niveles de colesterol LDL y HDL, gracias a su función antioxidante. De hecho, muchas personas con diabetes tipo II sufren una producción deficiente esta hormona. Sin embargo, no debe consumirse por vía oral sin prescripción médica.
Una de las capacidades más llamativas de la melatonina es la de prevenir el Alzheimer. El consumo de esta sustancia aumenta sus niveles en el cerebro, donde actúa reduciendo el riesgo de padecer problemas neurodegenerativos. Y es que esta hormona nos protege frente a las plazas beta amiloides, que son la causa principal del Alzheimer. También ayuda a combatir el Parkinson, la enfermedad de Huntington y el Alzheimer, y en general, el deterioro cognitivo. Sin embargo, en estados avanzados de estas enfermedades no resulta efectiva.
La melatonina es conocida comúnmente como “la hormona de la juventud”, gracias a sus propiedades antioxidantes. Al neutralizar los radicales libres, retrasa los efectos del envejecimiento, como las arrugas o las manchas. El problema es que su producción disminuye a medida que cumplimos años, un proceso que tiene lugar progresivamente a partir de los 30. Además, nos protege de las radiaciones ionizantes como las UV y los fibroplastos de la dermis, aumentando con ello la síntesis de colágeno y elastina, y la producción de proteoglucanos y glucosaminoglucanos. De ahí que se recomiende su consumo para mejorar el estado de la piel.
Todo ello ha motivado a las grandes empresas dedicadas a la salud y la cosmética a crear múltiples productos destinados a aportar un nivel mayor de melatonina a nuestra piel. Un buen ejemplo de ello Pharmamel, una empresa biotecnológica surgida en el seno de la Universidad de Granada a través del programa Spin-Off, que aunque nació oficialmente en 2014, cuenta con años de estudio sobre la melatonina a sus espaldas.
Actualmente sus laboratorios ponen a nuestra disposición Mel13 y Mel13 Plus, unos productos exclusivos de tratamiento facial activo con melatonina, que regeneran y reparan las células dañadas. De esta forma, las arrugas disminuyen y la piel se encuentra más hidratada.
Estos dos productos son el fruto de más de 25 años de investigación en este campo, durante los cuales el equipo de Pharmamel ha podido indentificar a la mitocondria como una de las principales dianas intracelulares de la melatonina. Con Mel13 y Mel13 Plus podemos reavivar las células de nuestra piel y, al mismo tiempo, protegerla de la contaminación ambiental y el estrés oxidativo.
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