El tratamiento eficaz de una parálisis facial, y hacerlo en un mínimo espacio de tiempo, requiere un instrumental muy específico y especialistas médicos experimentados, que sepan encontrar la mejor solución para cada caso de una forma personalizada. Por ejemplo, podemos encontrar un hospital en Tenerife que cuenta con un equipo de médicos especializados en el tratamiento de las parálisis faciales.
¿Qué es la parálisis facial?
Una parálisis facial es la pérdida de movimiento muscular voluntario, de una forma total o parcial, de un lado de la cara.
Las parálisis faciales se pueden dividir en dos grandes grupos, con características propias y, también, pronósticos y tratamientos distintos.
En el caso de la parálisis facial periférica, suele estar causada por un fallo en un nervio facial, que no lleva la información de movimiento o órdenes nerviosas a las células musculares que deben contraír, quedando la zona paralizada. Así, el paciente no podrá mover la zona comprometida por el nervio, por ejemplo, mover la ceja o hablar correctamente, entre otros movimientos.
En las parálisis faciales central, el fallo se debe a una lesión a nivel cerebral y no a nivel de un nervio. En estos casos, la parálisis solo afectará la parte inferior de la cara.
Síntomas más comunes de la parálisis facial
Los síntomas de la parálisis facial pueden ser muy distintos.
Antes de la parálisis, puede existir un episodio de dolor de cabeza más o menos intenso. Poco tiempo después surgirá la incapacidad de movimiento muscular voluntario de la cara y puede que la dificultad para articular palabras.
La incapacidad de movimientos se puede observar tanto en reposo como al hacer gestos tan rutinarios como sonreír o cerrar los párpados. Además, pueden existir alteraciones del lagrimeo y una sequedad del ojo.
Causas de parálisis facial
Hay varias causas posibles para la parálisis facial y es el especialista que, con las pruebas médicas adecuadas, podrá hacer el diagnóstico correcto.
Sin embargo, la más frecuente suele ser la parálisis facial idiopática, o parálisis de Bell. La causa que está detrás de la parálisis de Bell es desconocida pero se puede deber a una inflamación del nervio, causada por un virus de la familia herpes simple.
Otras causas, aunque menos frecuentes, son las lesiones por traumatismos craneales con fractura, algunas enfermedades autoinmunes, tumores o algunos agentes tóxicos.
Tratamientos conservadores o quirúrgicos
El tratamiento que el profesional médico especialista aconsejará dependerá de la causa de la parálisis.
Los tratamientos posibles se pueden dividir en los conservadores y los quirúrgicos.
En el caso de los conservadores, se suelen utilizar en la parálisis facial idiopática o por causa traumática, en los que se suelen utilizar antivirales o corticoides.
En los tratamientos quirúrgicos se utilizan técnicas de reconstrucción, estática so dinámicas, y trasplantes musculares.