La luz del sol insufla vida a todos y cada uno de los seres que habitan este planeta, por lo que es no es perjudicial disfrutar de su cálido abrazo y su agradable exposición siempre que tomemos las medidas adecuadas para proteger nuestra piel y nuestros ojos. En este último caso, los efectos negativos que las radiaciones ultravioletas del sol sobre los ojos pueden degenerar en afecciones a medio o largo plazo como la degeneración macular, cataratas, conjuntivitis actínica u otro tipo de patologías oftálmicas.
No cabe duda, que además de insuflar vida a las plantas y animales que pueblan nuestro planeta, la luz es un pilar fundamental para el funcionamiento de nuestro universo a nivel general y de nuestra vida cotidiana a nivel más particular, puesto que es la encargada de transportar la energía a través del espacio.
Las formas de luz que más peligrosas pueden resultar para nuestros ojos y nuestra piel, son los llamados rayos ultravioleta de largo alcance (UVA) y de corto alcance (UVB), dotados de una longitud de onda mucho más reducida que la llamada luz visible (la que podemos contemplar con nuestros ojos), por eso pasan completamente desapercibidos, a pesar de lo peligrosos que pueden llegar a ser para nuestra salud visual. Estos rayos, a diferencia de los llamados UVC, son capaces de atravesar la capa de ozono que protege la Tierra y llegar hasta donde nos encontremos.
Los expertos en la materia estipulan que una de las causas principales de las afecciones oculares vistas con anterioridad como las cataratas, degeneración macular o cáncer en los párpados en los casos más extremos se debe a estos rayos ultravioleta antes especificados. Además, se consideran el origen de la pérdida de visión que afecta de forma generalizada a nivel mundial a personas mayores de 60 años. A todo esto, hemos de añadir que las radiaciones ultravioletas también pueden arrugar y envejecer sobremanera la piel que se encuentra en torno a nuestros ojos.
Los niveles de radiación de rayos UV son mayores en las zonas tropicales y muy cerca del Ecuador de la Tierra, aunque hay ciertas regiones que también pueden verse afectadas debido a la delgadez actual de la capa de ozono. En lo referente a la hora del día, los niveles de radiación también son mayores cuando el sol se encuentra en el punto más alto de la superficie celeste, en líneas generales, en torno a las 11 a.m y las 3 p.m
Igualmente, las características del terreno también pueden influir al respecto, así por ejemplo, en las superficies más reflectantes como la nieve, el agua o la arena, los niveles de radiación se pueden duplicar, por no hablar de la ingesta de determinados medicamentos como las píldoras anticonceptivas, o determinados diuréticos y tranquilizantes que incrementarán la sensibilidad de tu cuerpo a la radiación.
A la hora de proteger tus ojos frente a los efectos de los rayos solares, hemos de adquirir aquellas gafas con materiales de calidad y resistentes como los modelos de gafas de sol Ray Ban.
Normalmente, los filtros de las gafas de sol se dividen por categorías entre 0 y 4. Así, por ejemplo, las gafas con filtros de categoría 2 son medianamente coloreadas y aptas pata una luminosidad solar media, pero no para su conducción nocturna. En el caso, por ejemplo, de las gafas con filtro de categoría 4, ya hablamos de lentes muy oscuras preparadas para una luminosidad solar extrema en zonas de alta montaña o cuando practiquemos deportes como el esquí. En el mercado, podemos encontrar gafas de estilo más elegante y sofisticado como Persol, que te ayudarán a proteger tus ojos frente a los efectos del sol.
Menos importante que la categoría de filtro, es la tonalidad cromática de tus gafas de sol. Así, por ejemplo, tenemos el marrón que filtra las radiaciones azules y aumenta la profundidad de campo y el contraste. Por su parte, el naranja es el más adecuada para ocasiones de baja luminosidad como, por ejemplo, cuando está nublado o predominan los bancos de niebla o el verde que te permitirá percibir los colores sin mayores dificultades.
En el caso de los niños pequeños, no olvides adquirir unas gafas de sol con una protección UV superior al de sus padres. Recuerda que las radiaciones solares tienen un efecto acumulativo a lo largo de nuestra vida sobre piel y ojos, por ello, todas las medidas de protección que podamos aportar desde una edad temprana serán bienvenidas.
A la hora de comprar tus gafas de sol, procura que sean envolventes para evitar que los rayos solares se filtren por los laterales y evita la exposición solar en las horas centrales del día.
En cualquier caso, desde Cosas de Salud os recomendamos que para evitar cualquier problema ocular, es conveniente adelantarse y realizar revisiones periódicas con tu especialista médico, pues no solo nuestra exposición al sol, sino también las horas que pasemos frente a la pantalla del ordenador o determinadas situaciones laborales pueden ser el desencadenante de una afección determinada. La Sociedad Nacional Americana para la Prevención de la Ceguera estipula que el 90% de los traumatismos oculares se podrían haber evitado.
¿Y vosotros?; ¿también os preocupáis por la salud de vuestros ojos?
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