

Vigila tus lunares
Aunque no hay que llegar a la alarma, se deben de tener una serie de cuidados o precauciones. En primer lugar es recomendable que visites al dermatólogo una vez al año para que los revise y no olvidar las medidas básicas de protección: La exposición prolongada al sol no es muy recomendable si se tienen muchos lunares, ya que puede favorecer la creación de melanomas. Utiliza siempre una protección solar adecuada. En cuanto a la vigilancia de los lunares debes tener en cuenta las siguientes reglas:
- La simetría: Si divides el lunar en dos mitades, debe ser igual en ambos lados.
- Vigila los bordes: si son irregulares, ondulados o mal definidos puede ser una señal de alerta
- El color: normalmente los lunares son de un único color, mientras que los melanomas son de varios colores
- El tamaño: la mayoría de los lunares no miden más de 6 milímetros. Si mide más podría ser un melanoma.
- Su evolución: si de repente un lunar empieza a crecer o cambia de color debes acudir al dermatólogo cuanto antes
- Por supuesto, si te pica, duele o sangra cualquiera de ellos, acude rápidamente a un especialista.
Debes tener en cuenta como regla general, que independientemente de donde se sitúen, si permanecen igual durante el paso del tiempo y no sufren cambios de color o de tamaño no debería haber problema. Y no olvides cuidar los lunares que tengas, protegiéndolos con protector solar, igual que el resto de la piel y tomar el sol con moderación. Además de acudir al dermatólogo ante la menor sospecha.