

¿Cómo actúa la música sobre el cerebro?
La música actúa sobre el cerebro de forma inevitable. Su componente emocional logra embaucarnos y llevarnos a otro mundo sin que tengamos que hacer ningún tipo de esfuerzo, de hecho ahí está su poder, sólo nos invita a dejarnos llevar. Sin embargo, para el cerebro supone una revolución brutal, sobre todo en el de los más pequeños. Y es que un niño dispone de un cerebro que se desarrolla de una forma constante y a un nivel exponencial.
La música es ofrece una serie de estímulos que ayudan a fomentar capacidades tan importantes como la imaginación, la expresión, la socialización o la creatividad. Todas estas cualidades se potencian a través de la emoción que se esconde detrás de la armonía.


La música tiene la capacidad de entrenar la percepción, la memoria, la sensibilidad o incluso los razonamientos más complejos o la lógica. No debemos olvidar que detrás de la música no sólo se encuentra la emoción, sino también la pura matemática. Es por eso que el sentido del ritmo y la expresión corporal también se va afianzando a medida que los niños se exponen a la música de forma habitual.
La grandeza de la música es su invisibilidad. Detrás de esta forma de comunicación repleta de emociones se transmite una información realmente importante. Se introduce en nuestra mente de una forma realmente fácil e inevitable.
Al final la música también actúa como una especie de detonante gracias al cual se produce una reacción en cadena donde otros circuitos se van poniendo en funcionamiento dentro del cerebro.