

Rico en grasas monoinsaturadas y ácido oleico, el aceite de oliva, más allá de presentarse como uno de los productos más simbólicos de la dieta mediterránea, se presenta como un aliado a tener en cuenta para nuestro bienestar por sus muy diversas propiedades nutricionales.
Tanto su aroma como su sabor son realmente intensos y atrayentes a lo sentidos. A través de un proceso de extracción mecánica en frío, este oro líquido se obtiene a partir de aceitunas recién cogidas, sin sufrir ningún tipo de intervención química o refinado de por medio, por no hablar que no contiene ni aditivos ni conservantes. En cuanto a su grado de acidez no debe sobrepasar el 0, 8% de ácido oleico por cada 100 gramos.
Beneficios del aceite de oliva virgen extra para la salud
Ideal para comer en crudo, este aceite contiene oleocantal, que ofrece efectos claramente antiinflamatorios, que podrían ser de utilidad para reducir los dolores concentrados en las articulaciones y los músculos.


Igualmente, el aceite de oliva es rico en antioxidantes, por lo que nos ayudará a evitar el envejecimiento prematuro de nuestras células, combatiendo así la presencia de los radicales libres.
Estudios confirman que las grasas saludables presentes en el aceite de oliva serían de utilidad para ayudar a reducir la presión arterial diastólica y sistólica. Precisamente, con sus grasas monoinsaturadas aumentarás los niveles de colesterol bueno o HDL, motivando la eliminación del malo o LDL, algo esencial para mejorar la salud de nuestro corazón y evitar la formación de enfermedades cardiovascualres.
Tales son los beneficios nutricionales que nos animan a comprar aceite de oliva virgen extra que algunos estudios científicos no han dudado en confirmar sus virtudes para reducir los niveles de glucosa en sangre, siendo de esta forma un gran aliado a tener en cuenta para los casos de diabetes tipo II.


Su contenido en vitamina A contribuirá al mantenimiento de los tejidos blandos y óseos, al mismo tiempo que a nuestra salud óptica, cutánea y a prevenir infecciones. Junto a esta vitamina, también podemos destacar la del grupo D, que nos ayudará a regular la absorción de calcio necesaria para nuestros huesos o la vitamina K, que será de utilidad para la coagulación de la sangre y para generar glóbulos rojos.
Precisamente, su contenido en flavonoides, polifenoles, antioxidantes y escualeno hacen que este oro líquido, presente en muchas de nuestras comidas, nos ayude a evitar la formación de enfermedades como el cáncer. En el ámbito estético, el aceite también puede ser un elemento de gran ayuda a tener en cuenta. Gracias a sus grasas, podrás evitar el encrespamiento del cabello, regenerar tu salud capilar, al mismo tiempo que aportas brillo al pelo.


Al mismo tiempo, se presenta como uno de los mejores humectantes para la piel, proporcionando suavidad, previniendo los signos de envejecimiento prematuro y protegiéndonos frente a los efectos dañinos del sol.
¿Qué otros beneficios del aceite de oliva virgen extra añadiríais?