

Antes de más, hay que dejar claro que el estrés es una respuesta natural del cuerpo que nos prepara para actuar de forma rápida ante una señal de peligro. Para ello, tenemos hormonas que se segregan en el momento adecuado y que nos despiertan unos sentidos mientras ponen en segundo plano acciones consideradas no urgentes en una situación complicada.
El real problema del estrés es cuando se mantiene en el tiempo y no responde a un peligro verdadero sino que el peligro es nuestra rutina diaria. En ese caso, el cuerpo se mantiene en un estado de alerta que no puede mantener durante mucho tiempo sin sufrir las consecuencias. Reconocer los problemas que pueden derivar del estrés y ansiedad es un paso para ponerles remedio y volver a vivir una vida más relajada.
Caída de pelo
La alopecia está, muchas veces, relacionada con causas genéticas pero otra causa que puede estar por detrás de la caída del pelo es el estrés y la ansiedad. Y si en la genética no podemos hacer alteraciones, en nuestra forma de enfrentar la vida sí que podemos tomar medidas.
Las hormonas del estrés van a minimizar los procesos digestivos pues, en caso de peligro, la digestión no es lo más importante. La irrigación sanguínea de zonas como la del cuero cabelludo también será minimizada. Esto hace que el cuerpo tenga menos acceso a los nutrientes y que limite la circulación en el cuero cabelludo.
Dolor cervical
Bajo tensión, el cuerpo tiende a contraerse. Si bien se contraen toda la musculatura, hay alguna que está más sujeta a las contracturas y dolores y la zona cervical es una de esas zonas problemáticas. Toda la tensión se acumula en el cuello y mandíbula provocando dolor cervical. Si no se soluciona puede incluso evolucionar para rigidez de cuello y migrañas.
Problemas digestivos
Aparte de los problemas digestivos que vienen directamente por la acción de las hormonas en este sistema, el estrés aumenta el ácido en el estómago pudiendo originar acidez estomacal y, a la larga, úlceras gástricas. Pero la tensión también afecta la digestión de forma indirecta.
Cuando estamos nerviosos comemos más rápido y damos preferencia a comida menos sana. De este modo aumenta la producción de gases intestinales y todo el proceso intestinal se ve alterado. Tanto la diarrea como el estreñimiento puede ser una respuesta a un estrés prolongado.
Problemas de sueño
Con preocupaciones se duerme peor. El estrés obliga el cuerpo a mantenerse en estado de alerta y eso significa no alcanzar el sueño profundo. Inconscientemente estamos alerta para despertar con cualquier sonido o movimiento y el sueño no será reparador.
Contenidos relacionados
No se ha encontrado ninguno