

En su inicio, la enfermedad se caracteriza por el temblor, su señal más conocida, pero también por una resistencia a la movilización de las articulaciones y la pérdida gradual de movilidad. Posteriormente, el paciente presentará trastornos posturales y de equilibrio. En una etapa ya más avanzada de la enfermedad surge la incapacidad y el confinamiento en silla o cama.
En este momento, los enfermos de Parkinson son totalmente dependientes, aunque ya con anterioridad necesitaban algún apoyo constante.
¿Cómo puede ayudar la fisioterapia?
En las sesiones de fisioterapia se utilizarán ejercicios de movilización y estiramientos, bien como electroterapia. Además, se recurre igualmente a ejercicios de equilibrio, coordinación, marcha y de relajación, siempre adaptado al paciente y a la etapa de la enfermedad en la que se encuentra, para lograr el objetivo de la forma más adecuada.
En una primera etapa, cuando el paciente empieza con los primeros síntomas de la enfermedad, la fisioterapia corregirá la postura y se centrará en prevenir la rigidez, entre otros problemas. Posteriormente será necesario reeducar el equilibrio y la marcha. En la etapa final, aunque ya no sirva para retrasar el aparecimiento de los síntomas, la terapia ayudará a evitar las complicaciones más comunes de la inmovilización en cama o silla, realizando los movimientos adecuados.
Con estas acciones, se consiguen unos resultados muy favorecedores ante la enfermedad, principalmente mejorando el estado físico en general y retrasando la progresión de los signos motores. Así, el paciente mantendrá su autonomía durante más tiempo, logrando realizar las tareas rutinarias y cotidianas como asearse, vestirse o pasear. Aparte de la mejoría física, a nivel emocional los resultados también son prometedores.
El paciente con Parkinson, manteniendo su autonomía durante más tiempo, se sentirá seguro y con confianza para hacer sus caminadas y mantenerse activo. El hecho de poder seguir siendo independiente en cierta medida y que realice algún tipo de actividad física se hará notar a nivel emocional y se minimizan los problemas emocionales que puedan derivar de la enfermedad.
Objetivos de la Fisioterapia en pacientes con Parkinson
El objetivo de la fisioterapia no será nunca curar la enfermedad ya que esta es degenerativa. Sin embargo, sí se pueden lograr buenos resultados en la reeducación del movimiento y de la postura que esté alterado o disminuido, bien como mejorar la movilidad general para que el paciente mantenga su autonomía todo el tiempo posible.
Por otro lado, se entrena la marcha y el equilibrio, con técnicas adecuadas para superar bloqueos. Con los ejercicios se consigue mejorar la coordinación y la motricidad fina bien como los volúmenes respiratorios comprometidos por la rigidez de la cavidad torácica.