La hipertensión en los niños

La hipertensión en los niños es un mal que empieza a detectarse cada vez con más frecuencia, y no porque antes no existiera, sino porque ahora, quizás, se presta más atención y se diagnostica antes. Podría decirse que un niño hipertenso presentará el mismo problema, agravado, en la edad adulta.

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salud
miércoles, 14 octubre, 2020
El mejor indicador para saber si un niño padecerá de hipertensión cuando sea adulto es la tensión sistólica, aunque siempre hay factores en contra que impiden hacer una predicción infalible, ya que los niños presentan más problemas a la hora de la medición: no se están quietos, lloran, hablan, les queda grande el medidor, etc. Además no hay un indicador simple para determinar cuál es la presión alta, pues testa va cambiando según los niños crecen. n general se considera que hay hipertensión en los niños cuando su presión arterial es superior a la del 95% de los niños de igual edad, sexo y estatura.

Síntomas

La hipertensión infantil no suele causar síntomas, aunque hay algunos indicios que podrían indicarnos que estamos ante un problema de este tipo como son: Dificultad para respirar, dolores de cabeza, vómitos, dolor en el pecho o palpitaciones. En cualquier caso ante la aparición de cualquiera de esos síntomas es muy importante llevar al niño a un médico de forma urgente. Sólo un profesional podrá hacer el diagnóstico adecuado.

Causas de la hipertensión en los niños

En general las causas son las mismas que en los adultos: falta de ejercicio, aumento de peso o mala alimentación. En concreto el aumento de la obesidad infantil ha hecho que se haga una llamada de atención sobre este factor de riesgo que, a la larga, puede desembocar en enfermedades cardiovasculares que podrían ser tratadas de manera preventiva si se hace una detección precoz del problema. Si se detecta hipertensión a una edad tan temprana, podría tener solución sin tener que llegar a una medicación, simplemente cambiando algunos hábitos como la dieta, que en la mayoría de los niños no es la más adecuada. El ejercicio y una actividad física regular también es una pieza clave en la prevención de la tensión alta. Todo ello, junto con un control regular de la tensión, nos ayudará a reducir los riesgos de desarrollar ciertas enfermedades crónicas como la diabetes de tipo 2, la obesidad, una cardiopatía o el síndrome metabólico. Hay que tener especial cuidado si el niño es menor de 6 años pues la hipertensión podría estar causada por otra enfermedad. De todas formas debemos recordar que siempre hay que acudir a un médico para que diagnostique correctamente al niño, confirme que estamos ante un caso de hipertensión infantil y descarte otras enfermedades.

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