

Te levantas por la mañana, y lo primero que haces es tantear tu mesilla de noche para buscar tus gafas. Si esto te suena, es probable que tu historia se parezca a la mía: que si no ves nada cuando te duchas, que si te quedan marcas cuando te quedas dormido con ellas puestas… y si usas lentillas, mejor ni hablar. Ya es toda una rutina, pero vas contando mentalmente las horas que han pasado desde que te las pusiste. No es solo eso, salir de fiesta de improviso es un suplicio porque tienes que tener siempre unas gafas en el bolso. Y nada de quedarte dormido en el autobús con ellas puestas.
¿Te va sonando todo esto? Aunque al principio no te molestaba, con el paso de los años, se hace muy pesado. Y entonces la opción de operarte se vuelve más y más viable. En tu cabeza resuena una palabra: “láser”. Pero lo que no mucha gente sabe es que no es la única opción para tener una vista perfecta. Y unas nuevas palabras entran en nuestra cabeza: las lentes ICL.
¿Qué son las lentes ICL?
Así, STAAR Surgical nos organizó una reunión en petit comité, para hablarnos de estas lentes ICL. Fue el Doctor Francisco Poyales quien se encargó de solucionar todas nuestras dudas, tranquilizarnos, y dejar fuera de la conversación todas esas palabras técnicas que solo hacen que el miedo aumente.


En líneas generales, las lentes ICL son unos implantes que se introducen en los ojos. Más o menos, y para que nos hagamos una idea, es como tener las lentillas, pero dentro de nuestros ojos. Dicho así, parece que sea algo terrorífico. Pero ahí ya estaba el doctor para hacernos ver que no es para tanto: “las ICL son el niño bonito de la cirugía ocular, porque hay una satisfacción del 100% por parte del paciente”.
Aún así, las alarmas continúan, porque las preguntas se nos agolpan en la cabeza. Pero para cada una de estas cuestiones que nos atormentaban, había una respuesta clara y tranquilizadora: ¿Es una técnica nueva? Para nada, en España ya hay pacientes que llevan estas lentes desde hace más de una década. ¿De qué material están hechas estas lentes? De un material que tecnológicamente es muy avanzado y que se llama colámero. Y no ha habido ningún caso en el que el cuerpo del paciente haya rechazado estas lentes, por lo que son totalmente compatibles con nuestro organismo.
Entonces, si esta cirugía se lleva haciendo desde hace tiempo, ¿por qué hasta ahora no hemos oído hablar de ella? Porque el láser también es una buena opción a considerar. No hay que pensar que las dos opciones se contraponen; es más, hay pacientes que han combinado estas dos técnicas para corregir del todo su visión.


Una de las preguntas que todos nos hacemos es qué hace diferente a las lentes ICL de la técnica láser. Pues realmente, las ICL tienen bastantes ventajas. La primera de todas, es que la calidad de visión es mayor que la que te puede aportar el láser. Pero una de las razones que más convencen a los pacientes es que es una cirugía reversible. Esto quiere decir que, si en unos años, te han aumentado las dioptrías, pueden quitarte los implantes que llevas, y cambiar las lentes por otras de mayor graduación. Esto genera muchísima confianza y seguridad.
Otra diferencia respecto al láser es que preserva tu córnea para el futuro, en caso de que desarrolles algún otro problema ocular, como pueden ser las cataratas. Y sobre todo, es adecuado para personas que tienen altas graduaciones, llegando a corregir problemas de hasta 18 dioptrías. Y puedes someterte a ella para corregir la miopía, hipermetropía y el astigmatismo.
Cirugía ocular con Lentes ICL
Hasta este momento, todo nos parece bonito, claro. Pero aún así, todavía hay otras cosas que nos rondan por la cabeza. Y se puede resumir con la palabra “cirugía”. Porque cuando pensamos en una cirugía ocular, es inevitable que se nos venga a la cabeza la mítica escena de La naranja mecánica. Es algo que nos da bastante respeto, y pensamos que puede ser una de las experiencias más incómodas del mundo.
Pues nos aseguran que para nada es así. Se hace mediante anestesia local, y no deja ninguna marca. ¿Y cuánto dura? Pues menos de diez minutos por cada ojo. Nada más operarte, ya tienes una buena visión, que va mejorando a medida que pasen las horas. Y lo mejor es que puedes hacer vida normal al día siguiente.


Por supuesto, para someterte a este tipo de cirugía, hay que comprobar si eres buen candidato, y si tus ojos tienen el espacio necesario para colocar el implante.
Este paso es el más importante, ya que debes buscar un cirujano de calidad, con experiencia, y en el que puedas confiar.
Las experiencias de pacientes que han pasado por esto terminan de tranquilizarnos: no te enteras de nada durante el proceso, y al final terminas olvidándote de que alguna vez fuiste miope. Lo único que te queda son las gafas (que te da pena tirarlas), y la manía de buscarlas por la mañana en tu mesilla de noche. Porque por lo demás, eres una persona completamente nueva, que, literalmente, ve el mundo de una forma diferente.
¿Y tú?, ¿has probado las lentes ICL?, ¿han mejorado tu salud ocular?, ¿cómo fue tu experiencia?
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