

Sin embargo, hay muchas razones por las que los pacientes postergan sus visitas al dentista. Luego, cuando acuden, pueden encontrarse con condiciones que requieren alguno o varios servicios odontológicos. Dos ejemplos de estos servicios son los implantes dentales y la periodoncia.
Los implantes dentales
Cuando las enfermedades dentales no son tratadas oportunamente, muchas veces se pierde la pieza afectada. Cuando esto ocurre, el dentista en Córdoba puede recomendar la adaptación de un implante dental. Para realizar un trabajo de implantología dental, el dentista coloca en el hueso un elemento de titanio, que hace de soporte y cumple con las condiciones para no afectar biológicamente a la zona.
En ese soporte se inserta la corona que va a sustituir a la pieza dental. Las propiedades del titanio hacen que esta corona quede bien fija, inamovible y muy efectiva. Si faltan varias piezas dentales, el dentista debe cuidar dónde ubicar el soporte, como manera de poder colocar las coronas que hagan falta, ya que la planificación es esencial para que el resultado sea óptimo. Los implantes dentales son muy eficientes para recuperar la dentadura perdida.
Los pacientes refieren una masticación muy cómoda y sin molestias, que les permita alimentarse adecuadamente. Aparte de la funcionalidad, los implantes dentales recuperan la estética dental, ya que el paciente puede lucir una sonrisa con su dentadura completa, alineada y con un tono agradable. Los implantes dentales son mucho más convenientes que las antiguas prótesis, ya que la experiencia de masticar con implantes es muy cercana a los propios dientes cuando estaban sanos.
Periodoncia
La periodoncia es una especialidad odontológica en la que, el periodoncista en Córdoba, trata todo lo relacionado con el tejido periodontal. Cuando la placa bacteriana se acumula en las encías puede causar irritación, la cual se convierte en un caldo de cultivo para infecciones. Cuando estas infecciones avanzan, pueden afectar al tejido de manera importante. Esta afectación tiene 2 etapas, que corresponden a diferentes enfermedades del tejido periodontal. Las siguientes son esas etapas:
- Gingivitis. Corresponde al principio de la enfermedad, es una inflamación que provoca sangrado, sobre todo al cepillarse los dientes. Esto puede causar mal olor, molestias, ardor, etcétera.
- Periodontitis. Es la gingivitis en estado avanzado, donde el sangrado es más abundante. Se forman las llamadas bolsas periodontales y el paciente siente que los dientes se mueven. Esta movilidad dental puede avanzar hasta causar la pérdida de las piezas.
El tratamiento de la gingivitis y la periodontitis comienza con antibióticos, como manera de detener la infección; posteriormente, el dentista puede aplicar otros procedimientos, según el caso. La recesión gingival es otra condición del tejido periodontal que puede causar caries y otras molestias. La enfermedad periodontal se puede prevenir totalmente, con limpiezas profesionales unas dos veces al año y una higiene bucal adecuada. Es importante acudir al dentista apenas se perciban las primeras molestias, ya que al ser una enfermedad progresiva, cuanto antes se trate, mucho mejor.
¿Cuáles son las medidas preventivas odontológicas?
En cuestiones odontológicas, la prevención es muy importante. Las siguientes son algunas medidas que se deben observar:
- Disminuir la ingesta de azúcar, y cuando se haga, será necesario cepillar los dientes lo antes posible.
- Acudir al dentista con frecuencia, como manera de recibir una limpieza profesional.
- Consultar al dentista si se observa enrojecimiento de las encías, hipersensibilidad, sangrado o mal aliento excesivo.
- Las caries son la enfermedad dental más común. Si se presentan es necesario tratarlas de inmediato, como manera de que no avancen, empeoren y, en el peor de los casos, ocasionen la pérdida de una pieza dental.
Con una atención odontológica adecuada será posible prevenir estos y muchos otros problemas en los dientes, consiguiendo una salud bucodental óptima.