

Si quieres prevenir a tu hijo de las paperas, la única solución que existe es la vacunación. En este caso, no importan ni los hábitos alimenticios ni disponer de una buena higiene, si no hay vacunación, hay riesgo de contraerlas. La vacuna que se administra contra las paperas, forma parte de la triple vírica, por lo que se adjudica junto a la vacuna de la rubeola y el sarampión.
Es importante señalar que, a pesar de estar vacunado contra las paperas, es posible sufrir algún brote, por lo que realmente, no se estaría a salvo del todo, aunque los síntomas serían mucho más leves en cualquier caso que si no se hubieran vacunado.
Las paperas son muy contagiosas
Las paperas son muy contagiosas, por lo que, a pesar de que no es sinónimo de evitar el contagio, si que es recomendable alejarse de aquellas personas que la sufren. Las paperas se pueden contagiar fácilmente por el aire a través de la saliva, por lo que es bastante posible padecerlas si estamos en contacto hablando con una persona afectada.
Además de esto, el virus de las paperas es bastante resistente, por lo que puede llegar a sobrevivir durante varios meses a temperaturas inferiores a los 65 grados bajo cero.
Las paperas pueden afectar a los niños de forma dispar. Algunos de ellos, puede que no presenten síntomas y en otros puede haber episodios de dolor al masticar, tos o secreción nasal, acompañados de dolores de cabeza y malestar general. Además de esto, cabe señalar que los efectos de estas paperas, son más graves conforme mayor es la persona.