Síndrome metabólico

16 junio 2008 | Por alejandro castellon

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Los temas relacionados con la salud son muchos y muy variados, a la vez que son delicados. El síndrome metabólico es un caso interesante que cada vez sufren más personas. En este blog de salud queremos darte a conocer en qué consiste este síndrome que empieza a preocupar a los médicos. Pues sí, el síndrome metabólico empieza a preocupar y no ya sólo a los médicos, sino que se empieza a tener en cuenta en todos los ámbitos de la salud. Podemos decirte que el síndrome metabólico lo padece una persona que tiene, al menos, tres de estas enfermedades: diabetes, hipertensión, obesidad o colesterol. Como podrás intuir, es relativamente fácil que una persona de la sociedad en la que vivimos padezca este síndrome, ya que son enfermedades muy corrientes en el mundo de hoy en día (por desgracia). La Unión Europea informa de que aproximadamente el 12% de la población de Europa sufre el síndrome metabólico, un dato que puede parecernos poco pero que empieza a ser preocupante. Hay unos estándares para controlar el síndrome metabólico. Para saber si se tiene la diabetes alta, se debe medir el nivel de glucosa en la sangre. Un nivel alto de glucosa estaría por encima de los 110 mg/dl en ayunas. La tensión arterial en niveles altos se entiende que se da cuando tienes más de 140/90 mmHg. En cuanto a la obesidad, lo que se mide es el Índice de Masa Corporal (IMC), entendiéndose por alto cuando es superior a 30. Po último, el colesterol se observa con los triglicéridos, que se entiende que es alto cuando se superan los 150 mg/dl. Por tanto, son factores que están relacionados con la salud de las personas. Es muy importante seguir una dieta sana y saludable, y tener buenos hábitos alimenticios para evitar el síndrome metabólico. Estoy seguro que si este síndrome tuviera en cuenta dos factores en lugar de tres, el porcentaje de personas que lo sufriría sería mucho mayor, ya que estas son enfermedades demasiado comunes. En definitiva, hay que cuidarse para evitar situaciones de riesgo. Como siempre decimos en este blog: más vale prevenir que curar.

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