¿Qué es el ictus?
Un ictus o accidente cerebrovascular ocurre cuando el flujo sanguíneo se detiene en una parte del cerebro y si lo hace más de unos pocos segundos, el cerebro no puede recibir sangre y oxígeno y las células cerebrales pueden morir, causando un daño permanente.Tipos de ictus
Hay dos tipos principales de ictus o accidente cerebrovascular: Accidente cerebrovascular isquémico El accidente cerebrovascular isquémico ocurre cuando un vaso sanguíneo que suministra sangre al cerebro es bloqueado por un coágulo de sangre y se conoce como accidente cerebrovascular trombótico. Accidente cerebrovascular hemorrágico El accidente cerebrovascular hemorrágico ocurre cuando un vaso sanguíneo en una parte del cerebro se debilita y se abre de golpe.Factores de riesgo de sufrir ictus
El principal factor de riesgo de sufrir ictus o un accidente cerebrovascular, es la presión arterial alta y también otros como fibrilación auricular, antecedentes familiares, diabetes, colesterol alto, aumento de la edad, especialmente después de los 55 años y ser de raza negra. El riesgo es mayor en personas que tienen enfermedades del corazón o mala circulación en las piernas, y aquellas con hábitos de vida poco saludables como el tabaquismo, exceso de grasas en la dieta y falta de ejercicio, y aquellas mujeres que toman anticonceptivos, en especial las que fuman y las mayores de 35 años.¿Cuales son los síntomas del ictus?
Los síntomas del ictus o accidente cerebrovascular dependerán de qué parte del cerebro está dañado y la mayoría de las veces los síntomas se desarrollan de repente y sin previo aviso; sin embargo, los síntomas pueden aparecer de forma intermitente durante uno o dos días. Puede existir dolor de cabeza que surge de repente y empeora al cambiar de posición o hacer algún esfuerzo, cambios en la lucidez mental, en la audición y en el gusto; así como aquellos cambios que afectan el tacto y la capacidad de sentir dolor, presión o temperaturas diferentes. Existe torpeza, confusión o pérdida de la memoria, del equilibrio y de la coordinación, dificultad para tragar y para leer y escribir, mareos o vértigo, incontinencia urinaria o intestinal, debilidad muscular, entumecimiento y hormigueo en un lado del cuerpo. Otros síntomas pueden afectar a los cambios emocionales, existen problemas con la vista y con el habla y dificultades para entender a otras personas y para caminar.
