

Las mascarillas FFP2 protegen más
En algunos países las mascarillas FFP2 son obligatorias. En España esto no es así, ya que el Gobierno español sigue recomendado utilizar de forma habitual la mascarilla quirúrgica y tan solo recomienda el uso de estas FFP2 más especiales a aquellas personas que puedan estar en un contacto directo con el virus.
Sin embargo, que no sean obligatorias, no quiere decir que no podamos utilizarlas de manera habitual para poder protegernos mejor, ya que son mucho más efectivas a la hora de evitar contagiarnos.
Las mascarillas FFP2 cuentan con una eficacia de infiltración elevada que se encuentra entre el 95% y el 98%. Estas mascarillas cuentan con un uso recomendado de hasta 8 horas, ya que a partir de esa cierta cantidad empiezan a perder eficacia y, por lo tanto, poder de protección, por lo que es recomendado cambiarlas. Estas mascarillas FFP2 son capaces de crear una barrera entre la persona que la utiliza y su entorno.
De esta forma, no actúan como las mascarillas quirúrgicas que evitan que expulsemos aerosoles al exterior, sino que también consiguen filtrar el aire inhalado y, por lo tanto, la entrada de agentes contaminantes en nuestro cuerpo.
Recomendadas especialmente en interiores
El principal problema que nos encontramos a la hora de combatir al virus son los aerosoles. Estos aerosoles se dispersan con facilidad cuando nos encontramos al aire libre. Debido a esta forma que tienen de dispersarse, tan solo llegan las partículas más grandes que son filtradas sin ningún problema por las mascarillas convencionales.
El problema cambia cuando nos encontramos en un lugar interior, sin apenas ventilación, en donde estos aerosoles portadores de virus se pueden llegar a acumular. Estos aerosoles pueden llegar a contar con un tamaño de 0.3 micras, un tamaño de lo más pequeño imposible de filtrar para una mascarilla quirúrgica convencional, pero que se filtra sin ningún tipo de problema en una mascarilla de tipo FFP2.
¿Qué problema tienen?
Que presenten unas ventajas que las diferencien de las mascarillas habituales no las eximen de tener algún tipo de problema. Estas mascarillas FFP2, para ofrecer una mejor protección, suelen ajustar bastante más que una mascarilla convencional.
De esta forma, pueden resultar algo más incómodas al cabo de un tiempo. Evidentemente, estar más protegidos nos puede implicar encontrarnos menos cómodos. Por otro lado, el filtro con el que cuentan dificulta en una pequeña medida la tarea de respirar.
Evidentemente no es nada grave, pero una persona que tenga problemas respiratorios seguramente lo pueda pasar mal con este tipo de mascarilla, motivo por el cual no están recomendadas para ese grupo de población.