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La alergia cutánea es una respuesta inmune a elementos externos que a veces pueden ser bacterias, virus o parásitos, pero otras veces son aditivos, polvo, perfumes o cualquier tipo de sustancia. En el mejor de los casos la alergia sólo provoca picores, pero puede desecar la piel, provocar descamaciones e incluso lesiones permanentes. La piel se vuelve especialmente sensible, con tendencia a agrietarse y a sufrir heridas. Un sólo roce, un cosmético, la temperatura ambiente o el mismo sudor pueden provocar una herida. Para prevenir o paliar los efectos de la alergia hay diez reglas de oro:- No usar jabones abrasivos, es mejor limpiarse la cara con aceites u otro productos limpiadores libres de jabón.
- Usar crema hidratante para que la piel no esté seca.
- No lavarse la cara o ducharse con agua demasiado caliente.
- Mantener la piel húmeda para que no se deseque en exceso con cremas de avena o aceites
- Secar la piel sin frotar, con mucho cuidado.
- No someterse a cambios bruscos de temperatura o humedad.
- Controlar el sudor y secarlo con frecuencia.
- Usar preferentemente ropa de fibras suaves y naturales como el algodón.
- Lavar la ropa con jabones suaves y enjuagarla bien. Hay que evitar los detergentes fuertes.
- No rascarse la piel ya que pueden provocarse heridas graves.
- Poniendo especial atención a lo que comemos, ya que algunos alimentos pueden agravar nuestra alergia.
- Leyendo atentamente los prospectos de los medicamentos para evitar reacciones alérgicas al principio activo.
- Reforzando nuestro sistema inmunitario con alimentos probióticos o con las vitaminas apropiadas que potencien nuestras defensas