

Asimismo, deberemos llevar una buena alimentación que nos asegure los nutriente necesarios para asegurar que viajamos en un buen estado físico y, por tanto, garantizar nuestra salud y la de nuestros acompañantes. Está demostrado que la falta de descanso y una mala alimentación son dos importantes factores de riesgo de sufrir un accidente de tráfico.
¿Cómo debemos comer cuando estamos viajando?
De ahí que es importante tener en cuenta una serie de consejos para una buena alimentación en viajes por carretera:
- Alimentarnos de forma equilibrada y saludable. La alimentación tiene una gran influencia en la seguridad al volante. Si es incorrecta o insuficiente puede provocarnos fatiga, somnolencia, pesadez, reducir nuestros reflejos, la capacidad de atención y, por tanto, incrementar el riesgo de sufrir accidentes. Por el contrario, un alimentación equilibrada y variada nos ayudará a realizar un buen viaje y a disfrutar más de él.
- Evitar las comidas abundantes y con una digestión difícil. Debemos evitar los platos muy condimentados y grasos. En cambio, son muy recomendables las ensaladas, las carnes y pescados a la plancha y las frutas.
Del mismo modo, debemos evitar largos periodos de ayuno. Lo más recomendable es realizar siempre 4 ó 5 comidas al día y llevar una dieta equilibrada.
- Descansar y comer bien antes de iniciar un viajar. De forma general, y más si se va a hacer un viaje, se debe realizar un desayuno completo, que incluya cuatro grupos de alimentos distintos: lácteos, cereales, frutas u hortalizas y complementos (aceites y grasas, dulces, carnes y derivados, etc.). Si el viaje es largo, es recomendable realizar un almuerzo o segundo desayuno, ya que nos proporcionará un rato de descanso y nos aportará los nutrientes necesarios. No hay que limitarse a comer snacks en los viajes, ya que no aportan una dieta completa. Igualmente, si es por la tarde, se recomienda hacer un descanso durante el viaje para realizar la merienda.
Después de realizar una comida completa, lo más recomendable es esperar entre 15 y 20 minutos antes de comenzar a conducir, ya que después de comer se reduce la capacidad de atención y las posibilidades de cometer algún error o imprudencia se incrementan.
- Planificar de antemano los aspectos relativos a nuestra alimentación y a la de nuestros compañeros de viaje. Hay que anticipar los lugares en los que nos vamos a parar a comer y tener en cuenta las horas más adecuadas. Las paradas nos permiten aprovisionarnos de bebidas con alcaloides como el café, el té, el cacao, las bebidas de cola o las bebidas energéticas, que son de gran ayuda para aliviar la fatiga.
En viajes largos hay que realizar descansos para comer algo ligero, bebidas para evitar la deshidratación y realizar algún ejercicio suave.
- Es recomendable detenerse cada dos horas para realizar un descanso mínimo de 10 minutos. Así, podremos aprovechar para estirar las piernas, comer algo ligero e hidratarnos. Si detectamos que tenemos hambre, hay que parar a tomar algo, ya que la sensación de hambre aumenta nuestra ansiedad, lo que puede provocar un incremento inconsciente de la velocidad.
- Llevar siempre bebida en el coche y beber con frecuencia pequeñas cantidades aunque no tengamos sed. La hidratación es tan importante como la alimentación, ya que la deshidratación provoca fatiga y cansancio, lo que afecta a nuestra capacidad de concentración e incrementa la posibilidad de cometer errores al volante. En ningún caso deberemos beber alcohol por los graves peligros que conlleva en la carretera.
- Evitar las distracciones. Nunca se debe comer mientras se conduce, puesto que dejaremos de prestar la atención necesaria a la carretera y reduciremos nuestra capacidad de reacción ante imprevistos. Si queremos comer algo, lo mejor es parar y luego continuar el viaje.
Es importante también mantener una temperatura agradable para el conductor. La calefacción y el aire acondicionado resecan el ambiente, lo que provoca una mayor deshidratación, que incide de manera directa en la capacidad de conducción.
- La conducción es una actividad física que implica un desgaste. Por ese motivo hay que descansar e ingerir alimentos que compensen el esfuerzo. El gasto energético es más elevado en la conducción de una moto que en la de un coche, pero en ambos casos es superior al gasto paseando o al de los pasajeros del vehículo.
- Debemos tener en cuenta las distintas necesidades de alimentos y bebidas para niños y personas mayores. Los niños necesitan mayor cantidad de líquidos que los adultos y, además, deben consumir de 3 a 4 raciones de lácteos. Por su parte, las personas mayores deben elegir alimentos con una mayor densidad de nutrientes por unidad de energía y cuidar, en especial, el consumo de agua.
- No hay que renunciar nunca a una buena alimentación cuando se viaja carretera. Aprovechando las frutas y verduras de temporada, así como la variedad de alimentos y de restaurantes autóctonos, podremos comer bien y disfrutar de una comida equilibrada en nuestros viajes.
¿Sigues estos consejos para comer durante el viaje? déjanos en los comentarios lo que sueles comer cuando viajas en coche.
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