Lo más importante cuando llega la hora de dormir para un niño pequeño o para un bebé, es llevar una rutina. Que sepa qué tiene que hacer y que siempre sea lo mismo.
Insisto en la importancia de la rutina para conseguir un hábito del sueño en los niños. La rutina genera confianza en el pequeño, genera seguridad al saber qué va a pasar y qué tiene que hacer.
Este hábito debe generarse desde la hora de la cena, sino antes. El baño, la cena y todo tiene que ser una especie de ritual. Podemos destacar la importancia del rato que el niño pasa con los padres después de la cena. Que el pequeño se sienta querido, que se note la afectividad es importante para generar confianza y bienestar. Se le puede leer un cuento y que el niño esté a gusto.
También es importante, a la hora de conseguir hábito del sueño en los niños, que aprendan a dormir solos. Por ello, hay que dejarlos en la cuna o en su cama y que ellos, por sí solos, sean capaces de conciliar el sueño, que se acostumbren a dormir solos y que aprendan a dormir. Quizás, los primeros días puede costarle, pero una vez que consigue coger el hábito de dormir solo, habrá ganado en descanso y tranquilidad.
Del mismo modo, hay que apagarles la luz, ya que la luz no sirve para dormir, tienen que acostumbrarse, tienen que coger el hábito de dormir con la luz apagada. Además, los padres tienen que ser capaces de no aceptar los chantajes del niño, como cuando gritan que quieren agua, que tienen miedo o que se hacen pis; en estos casos y por regla general, lo único que quieren es llamar tu atención.
