La velocidad a la que se liberan tiroxina y triyodotironina está controlada por la glándula pituitaria y el hipotálamo, que es una zona en la base de su cerebro que actúa como un termostato.

Estas hormonas influyen en cada célula de tu cuerpo, ya que intervienen prácticamente en la totalidad de las funciones orgánicas activándolas y manteniendo el ritmo vital, como son controlar la temperatura de tu cuerpo, influir en el ritmo cardíaco y regular la producción de proteínas, entre otros. La glándula tiroides también produce calcitonina , una hormona que ayuda a regular la cantidad de calcio en la sangre.
El hipotálamo indica a la glándula pituitaria, la producción de una hormona llamada hormona estimulante del tiroides (TSH). La glándula pituitaria libera TSH, que depende de la cantidad de tiroxina y triyodotironina en tu sangre; si no tienes suficiente tiroxina o triyodotironina en la sangre, el nivel de TSH será superior a lo normal y si tienes demasiado, tu nivel de TSH va a caer por niveles debajo de los normales.
Por último, la glándula tiroides regula la producción de las hormonas sobre la base de la cantidad de TSH. Siempre y cuando su tiroides libera las cantidades adecuadas de estas hormonas, las funciones del sistema se suceden normalmente, pero a veces la tiroides no produce suficientes hormonas, alterando el equilibrio de las reacciones químicas en tu cuerpo. Esta condición se conoce como hipotiroidismo.
La tiroiditis de Hashimoto y el hipotiroidismo, forman parte del hipotiroidismo más devastador. Otras veces, la glándula tiroides puede producir demasiada cantidad de la hormona tiroxina, causando hipertiroidismo o enfermedad hiperactiva del tiroides.
Fuente Imagen ThinkStock.
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