Eso no quiere decir que no tratemos este dolor. De hecho, en casa podemos apaciguarlo con medicamentos sin receta o con una dieta más suave.
Las causas más comunes son las gastroenteritis y las gastritis
Con nombres similares, las causas son muy distintas. Las primeras las ocasiona una infección, mientras que las segundas se deben a un exceso de ácido en el estómago. Además, los síntomas son también muy diferentes.
La gastroenteritis provoca dolor, náuseas y diarreas, mientras que con la gastritis la sensación será de ardor, una quemazón que se va si comemos algo.
El estrés es el culpable de muchos dolores de estómago
No es ningún secreto que vivimos en una sociedad que nos conduce al estrés, y de hecho España es el país del mundo donde más ansiolíticos se consumen, superando incluso a los Estados Unidos.
Ese estrés se somatiza y acaba por generar dolor en la boca del estómago, pero no como algo psicológico que creemos que está ahí, sino como algo real que produce una inflamación de las paredes del estómago que hay que tratar.


Cólico biliar
Es más raro que el dolor del estómago aparezca por un cólico biliar, ya que se suele sentir en el hígado, en un lateral, aunque se puede irradiar o desplazarse, de forma que el paciente refiere un dolor de estómago intenso.
Suele ir acompañado de náuseas y fiebre, de ahí que se pueda pensar en una gastroenteritis antes de ir al médico, pero se puede identificar porque duele sobre todo la parte izquierda del abdomen y la espalda, mejorando al sentarnos.
Pancreatitis
Esta inflamación del páncreas es algo grave y la persona que la padece suele asociarla a un dolor de estómago, aunque se diferencia de las enfermedades más leves por la intensidad del dolor y porque este se presenta también en la espalda.
Hay náuseas, vómitos, fiebre y el dolor puede ser tan fuerte que impide al paciente moverse o caminar.
¿En qué momento hay que ir al médico?
A veces no sabemos bien cuándo ir al médico por un dolor de estómago, que puede ser una simple gastroenteritis o algo más grave como el cólico biliar.
Las señales de alerta siempre son las mismas: fiebre alta, heces con sangre y sobre todo la dificultad para movernos, ya que un dolor en la boca del estómago por los nervios, una gastritis o una gastroenteritis puede ser fuerte, pero no tanto como para no dejarnos incorporarnos y caminar.
Si tenemos un dolor moderado, vómitos y diarrea (lo cual es usual en las afecciones del estómago), y tras tres días no notamos mejoría hay que ir a la consulta del médico, puesto que en estos casos el riesgo está en la deshidratación y en la pérdida de sales minerales, ambas muy peligrosas.
Una vez nos haya revisado el médico de familia, nos pondrá un tratamiento tras el cual decidirá si enviarnos o no al especialista.