

Sin embargo, hay que tener claro que más allá del impacto estético no ofrece mayores complicaciones. Las lesiones que provoca tampoco suelen producir síntomas molestos como picores. De hecho en la mayoría de las ocasiones se diagnóstica en un exploración rutinaria. El niño no suele presentar ningún síntoma molesto y son los padres los que primero se alertan por la presencia de las primeras manchas rosas con finas escamas blanquecinas y de tipo superficial.
La pitiriasis alba se caracteriza por la presencia de sequedad, escamas en sus inicios (pitiriasis) y palidez en forma de parches que presentan sobre todo en el rostro, aunque pueden aparecer en otras partes del cuerpo. No se sabe a ciencia cierta la posible causa, aunque se cree podría estar originado por microorganismos como Pityrosporum Streptococcus, Aspergillus y Staphylococcus. Se cree que factores como la exposición al sol, la humedad, el viento o la altitud podrían tener que ver con el origen del trastorno.
El desconocimiento de su etiología hace que sea difícil prevenir su aparición, aunque sí que hay una serie de factores de riesgo que podrían influir como la utilización de jabones abrasivos, protección inadecuada al tomar el sol, la temperatura caliente del agua o las duchas excesivamente largas. La exposición al sol prolongada también podría influir irritando la piel y provocando la disminución del color de la piel. También el déficit en vitaminas y los bajos niveles de cobre pueden favorecer la aparición de la piritiasis alba
Esta condición se suele iniciar con placas rosadas, de formas irregulares o redondeadas, sin bordes limitados, y con presencia de descamación fina blanquecina y superficial. Estas lesiones son asintomáticas y pueden permanecer incluso durante años. El médico al realizar el diagnostico tranquiliza a los padres informándoles de que es una enfermedad benigna y autolimitada. Del mismo modo, se les señala que ninguna terapia es totalmente efectiva.
Para su tratamiento, se recomienda limitar las exposiciones al sol, usar protector solar y reducir la frecuencia y temperatura de los baños. También se suele recetar cremas hidratantes para disminuir la presencia de xerosis e irritación.
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