Hay que tener en cuenta que cuando las temperaturas son elevadas, el organismo pierde líquidos y sales minerales a un ritmo muy superior al habitual, lo que puede originar deshidratación, insolaciones, golpes de calor y otros problemas a largo plazo para la salud.
Tanto las temperaturas extremas durante las olas de calor, como de frío, suponen un riesgo para nuestra salud, tal y como se ha demostrado en un estudio realizado por un equipo de la Escuela de Salud Pública y el Instituto de Salud e Innovación Biomédica en la Universidad Tecnológica de Queensland (Australia).
Este estudio pone de manifiesto que las las temperaturas extremas pueden aumentar el riesgo de muerte prematura a causa de una enfermedad cardiovascular, como puede ser el infarto.
Este estudio, que ha sido publicado en la revista Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes, es el primero que relaciona la temperatura media diaria y "la pérdida de años de vida" por enfermedad cardiovascular.
Se ha demostrado que las temperaturas extremas tiene una serie de efectos sobre nuestro organismo como cambios en la presión arterial, en la densidad de la sangre, la frecuencia cardíaca y el colesterol. Dado que cada vez es mayor el número de obesos, el número de personas que son vulnerables a estos cambios de temperatura se está incrementando han selado los investigadores.
Para hacernos una idea de los efectos que tiene el calor extremo sobre nuestra salud, basta con recordar las 52.000 personas que fallecieron tan sólo en Europa en el año 2003 con la última gran ola de calor que ha vivido el continente.
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