
Lo primero que hay que tener en cuenta, si se está pensando acudir a algún centro de bronceado, es que hay que acudir previamente al médico especialista. Es la única persona indicada para valorar si nuestra piel está preparada para tomar este tipo de rayos, y también nos dará las pautas a seguir para que nuestra piel no sufra ningún riesgo. No hay que olvidar que la piel tiene memoria, por lo que puede "perdonar" un daño, pero no lo va a olvidar y a la larga puede originar problemas importantes.
Si bien es cierto que estas máquinas presentan una serie de filtros que eliminan las radiaciones ultravioletas del tipo B, que son las más dañinas para la piel, hay que tener cuenta que los rayos UVA también presentan efectos dañinos para la salud. Por este motivo, si se toman de forma excesiva y sin precauciones, provocan envejecimiento, arrugas y, a largo plazo, puede originar cáncer de piel.
Si decimos acudir a un centro que ofrezca rayos UVA hay que asegurarse de que las cabinas están en perfecto estado y que cuentan con el mantenimiento adecuado. También deben contar con todo el material homologado, sobre todo las gafas. Las sesiones no deben sobrepasar nunca los 10 minutos, y tampoco se puede dar una nueva sesión antes de 2 o tres días. Las sesiones no se deben dar más de dos meses seguidos.

Además, el personal del centro tiene la obligación de informar sobre los beneficios, pero también sobre los posibles riesgos, tiempo máximo de exposición, sesiones que se pueden dar y si es conveniente para nuestro tipo de piel.
En general, y teniendo en cuenta la normativa de la Unión Europea en materia de salud, no se deberían utilizar estas cabinas de bronceado en los siguientes casos:
- Se tiene menos de 18 años.
- Hay presencia de muchas pecas, lunares o manchas cutáneas.
- Se tiene un tipo de piel 1 ó 2, es decir, piel muy clara y sin pigmento, personas rubias y pelirrojas.
- Si se es una persona que de pequeño se quemaba por el sol con mucha facilidad.
- Se ha sufrido cáncer de piel.
- Embarazadas.
- Si se lleva maquillaje, ya que la mayoría de cosméticos potencia la acción de los rayos.
- Si se toma medicamentos.
A pesar de todas estos riesgos, los rayos UVA también tiene beneficios para nuestra piel y salud general. Mejoran el estado de ánimo, la depresión y la capacidad de respuesta del sistema inmune. También ayudan a fortalecer huesos y músculos, por eso se suele recomendar en personas que sufren problemas de osteoporosis. Una sesiones pueden prevenir las quemaduras y problemas cutáneos originados por el sol.
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