

El estilo de vida que tenemos implantado hace que los niños se pasen el día comiendo y, lo que es peor, no ya sólo que lo hagan sin mesura, sino que además lo hacen en abundancia, con malos hábitos y tomando demasiadas calorías. Sin duda, los malos hábitos a los que se están acostumbrando los niños en la actualidad hace que se fomente la obesidad infantil.
La vida sedentaria que llevan es otro factor que se une con la abundante ingesta de calorías entre los más pequeños. Una de las mejores maneras de cuidar la salud y la alimentación infantil es eliminar las grasas saturadas de la dieta de los niños y fomentar la dieta sana: fruta, verdura y hortaliza, en lugar de bollos, pasteles, chucherías o comida rápida.
La obesidad es un problema en la edad infantil (y en la adulta, por supuesto), que puede producir tanto alteraciones psíquicas como físicas, pasando por problemas coronarios. Así, enfermedades como la hipertensión o la diabetes tienen más papeletas de aparecer cuando no se ha cuidado la ingesta de calorías.
De este modo, podemos ver que en la actualidad se come demasiado, mucho más de lo que nuestro cuerpo necesita. En ocasiones, queremos darle a los niños la mejor alimentación, y por ello les obligamos a comer, aunque no somos conscientes de que pueden estar sobrealimentados. Es complicado establecer un equilibrio alimenticio tal y como está estructurada la sociedad, pero se debe cuidar la salud de los niños a base de dietas equilibradas. Ganan ellos y ganamos todos.