

Las patatas fritas de bolsa, debido al proceso de fritura al que se ven sometidas, suponen una fuente importante de acrilamida. Además de estas patatas, nos encontramos con algunos productos que son bastante frecuentes en el desayuno, como es el café soluble o los sustitutos de café a base de cereales. Por su parte, los cereales de desayuno también son propensos a tener acrilamida, así como toda clase de panes que puedan tener cereales.
Otros complementos del desayuno como pueden ser las galletas o los cereales procesados para bebés o niños pequeños, también son bastante propensos a tener esta acrilamida.
Para evitar problemas con la acrilamida el truco está en consumir con moderación
Antes de alarmarte, debido a lo habituales que son estos alimentos en la dieta de muchas personas, es importante conocer que, para no sufrir los efectos de esta acrilamida, basta con no alcanzar los 0.5 ug por kilo de peso por día.
Esto viene a significar, que podemos incorporar sin problema estos alimentos a nuestra dieta, siempre y cuando seamos conscientes de que no debemos de abusar de ellos. Si no tienes ni idea de cuanto supone esa medida, basta con decir que, con un consumo habitual, no deberías de superar esos valores, por lo que la clave está en no abusar de ellos.
Una alimentación saludable es la clave de una vida sana y por ello, cuantos menos productos procesados consumamos, tendremos una mejor salud. Cuidar la alimentación, es una de las claves más importantes para poder disfrutar de una buena vida.