

Con la celebración del Día Mundial del Sida han surgido una serie de dudas entre la población ante una enfermedad infecciosa que se transmite, principalmente, a través de relaciones sexuales.
Por ello, entre las personas que tienen que hacerse las pruebas del VIH destacan aquellas que han tenido una relación sexual de riesgo. Es decir, cuando ha habido penetración, ya sea anal, vaginal o incluso oral (si hubo eyaculación). En todos estos casos se considera de riesgo cuando el contacto se ha producido sin preservativo, y se ha mantenido con una persona infectada de VIH.
Además, entre las prácticas de riesgo también se encuentran aquellas en las que se ha compartido material para inyectarse drogas (desde jeringuillas hasta agujas, pasando por cucharas o filtros de cigarrillos).
También es importante que se hagan las pruebas del VIH aquellas personas que tengan una pareja estable y tengan intención de dejar de utilizar el preservativo en sus relaciones sexuales. La intención es asegurarse de que ninguno de los dos miembros de la pareja presenta el VIH.


Por otro lado, las personas que han padecido algún tipo de infección por transmisión sexual, tuberculosis o hepatitis, deberían hacerse las pruebas.
Por último, es recomendable que las mujeres embarazadas (o que tengan intención de estarlo) también se hagan las pruebas del VIH, para descartar cualquier tipo de problemas en la formación del feto.
En resumen, si has tenido alguna práctica de riesgo acude a algún centro en los que te puedan hacer las pruebas, ya que hay personas que están infectadas y lo desconocen.