
A pesar de que las más conocidas por todo el mundo son la anorexia y la bulimia, el número de trastornos y patologías de tipo alimentario es mucho mayor. Una de las menos conocidas, pero que cada vez tiene una presencia más significativa, es el síndrome del comedor nocturno. En la actualidad se estima que afecta a entre el 1% y el 3% de la población, elevándose este porcentaje en las personas obesas hasta alcanzar aproximadamente el 20% del total.
Si bien no tiene la gravedad de las citadas anorexia y bulimia, sí que tiene sus consecuencias negativas sobre la salud de quien la padece, siendo un factor que favorece la aparición de la obesidad. Por eso es importante conocerlo y acudir al médico ante cualquiera sospecha de que se pueda padecer dicho síndrome.
El síndrome del comedor nocturno es un trastorno alimentario que supone un desajuste temporal en la ingesta de los alimentos, de modo que se consume poca cantidad durante más de la mitad del día, pero, en cambio, aumenta de forma exagerada durante la noche. La persona que padece este síndrome realiza ingestas no muy copiosas, pero que se repiten durante toda la noche. Al llegar la tarde-noche se despierta un apetito voraz, que tiene su pico más alto una vez que ya se han ido a la cama. En esta franja horaria consumen sobre tres cuartas partes del total de calorías ingeridas en el día.
Este desarreglo alimentario tiene unas efectos secundarios claros:
- La obesidad. De hecho casi todos los que sufren esta patología son obesos o acaban por serlo. A pesar de que en el global del día consumen más o menos las cantidades normales indicadas, el problema viene dado porque la mayor parte de lo que comen lo realizan en el momento del día en que menos calorías quemamos, por lo que no se eliminan con la misma facilidad con la que se queman aquellas que son ingeridas por el día.
- El insomnio. Es el efecto más visible de este síndrome por motivos obvios. En primer lugar, el paciente se despierta y levanta en numerosas ocasiones para saciar su apetito. Por otro lado, al comer tanto provoca que la digestión sea pesada y se tengan problemas para conciliar el sueño. Del mismo modo, se cree que el propio insomnio puede ser el causante de este síndrome en ocasiones, ya que la ansiedad y estrés que provoca el no dormir y el sueño acumulado provoca que la persona calme la ansiedad acudiendo de manera repetida al frigorífico. Además, el insomnio provoca que la persona esté cansada durante el día.
Hay que tener en cuenta que este síndrome tiene un tratamiento siempre efectivo y que será siempre multidisciplinar. El psiquiatra y psicólogo analizarán el caso concreto de cada paciente y pondrán tratamiento para que se puede poner solución.
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