

Come cereales en el desayuno para poner en marcha tu metabolismo; un plato abundante de avena acompañado de una naranja o un pomelo disparará tu metabolismo, quemando calorías, pero procura en el día realizar cinco comidas livianas, de manera que comas cada dos o tres horas.
La avena facilita el tránsito intestinal y evita el estreñimiento, gracias a la fibra soluble; posee vitaminas del grupo B y minerales como el hierro, calcio y fósforo. Por su contenido en carbohidratos y proteínas son muy saciantes.
El maíz posee muy poca grasa, proteínas e hidratos de carbono y es muy rico en ácido fólico, y resulta muy útil en dietas de adelgazamiento.
Los tipos de cereales que decidas comer son importantes; las versiones azucaradas que contienen las harinas refinadas pueden provocar antojos, por ello es mejor elegir los cereales integrales que dan sensación de saciedad, y aportan más nutrientes. Y cuidado con las harinas refinadas, no dejéis de leer este otro post sobre ellas: ¿Son las harinas refinadas un veneno?
Opta por los cereales que posean fibra soluble y rechaza los cereales que contengan grasas saturadas, grasas trans y azúcar, a excepción de que añada frutas desecadas o deshidratadas. Busca cereales integrales, que son los que contienen mayor cantidad de fibra.
Escoge cereales integrales no procesados, tales como la avena, trigo, mijo, trigo sarraceno, cebada, amaranto o quinoa, ya que poseen menos azúcar, grasa y calorías, y utiliza leche vegetal durante la preparación, y añade frutas rojas frescas o frutas secas, si lo que quieres es obtener más fibra. Para cambiar su sabor, añade canela o coco rallado, en lugar de azúcar o miel.