Tener ansiedad de forma puntual es algo normal en la vida de toda persona, sin embargo cuando hablamos de trastornos de ansiedad, nos referimos a aquellos que por su intensidad se convierten en una patología que afecta a la salud mental e influyen en la vida diaria de los que lo padecen.
Este tipo de trastornos se manifiesta a partir de una serie de síntomas muy claramente identificables. La sensación de tensión o nerviosismo es el indicio más representativo, aunque existen algunos más que son claros indicadores:
La sensación de estar en peligro de forma inminente es muy común y similar a la que experimentamos cuando presenciamos algún tipo de catástrofe en primera persona.
Como consecuencia del nerviosismo se incrementa el ritmo cardíaco del afectado, también se produce lo que conocemos como hiperventilación (respiración anormalmente acelerada), sudoración o temblores.
La sensación de debilidad no sólo se manifiesta a nivel psicológico y los pacientes pueden sentir su cuerpo cansado y debilitado.
Además puede producirse consecuencias indirectas como problemas gastrointestinales o dificultad para conciliar el sueño.
El afectado puede tener problemas también para controlar sus emociones y sentimientos, así como para gestionar sus preocupaciones.
Por último, es muy habitual que aparezca una necesidad de huir o evitar todas aquellas situaciones que producen ansiedad lo cual puede derivar en un aislamiento social.
El trastorno de ansiedad puede manifestarse en diferentes tipologías y cada una de ellas responde a unos factores diferentes aunque tienen rasgos muy parecidos.
Si padeces alguno de estos trastornos, ten presente que no se van a ir por sí solos, debes acudir a un profesional experto en este tipo de trastornos mentales para que te ayude a solucionar tu problema.
Te recomendamos