

Funciones del ácido hialurónico en las articulaciones
Uno de los aspectos más importantes que tiene el ácido hialurónico en nuestro cuerpo, es su presencia en las articulaciones ya que en estas cuenta con una doble función.
En un primer lugar como lubricante, para que por ejemplo la rodilla pueda moverse sin dificultad y sin sentir dolores y también cuenta con una función amortiguadora, necesaria cuando llevamos a cabo movimientos como por ejemplo saltos.
Ácido hialurónico para el tratamiento de artrosis y artritis
Debido a estas propiedades con las que cuenta, el ácido hialurónico se ha convertido en un tratamiento de gran importancia para tratar tanto la artrosis como la artritis.
Diferentes estudios en la materia, han demostrado que el tratamiento de la artrosis con ácido hialurónico ha obtenido resultados positivos a la hora de reducir el dolor articular, evitando la pérdida progresiva de masa muscular. Los pacientes que sufren de artrosis han podido comprobar sus beneficios de forma inmediata pese a que con el tiempo, es necesario volver a realizar el tratamiento para seguir garantizando su efectividad.
Con respecto a la artritis, se ha comprobado que gracias al ácido hialurónico se mejora la lubricación de la rodilla, haciendo que esta tenga un menor desgaste y consiguiendo que desaparezcan los dolores propios de esta enfermedad. La artritis es una enfermedad que llega con el paso del tiempo debido al desgaste óseo y articular en diversas zonas del cuerpo por lo que muchas veces se precisa de estos tratamientos complementarios para poder reforzar aquellas zonas que con el tiempo se han visto dañadas.
Por todos estos motivos, el ácido hialurónico es un tratamiento eficaz para el daño y desgaste de las articulaciones.