

No solemos hacer caso de los médicos cuando nos dicen que no nos expongamos al sol. El verano, la playa y el sol son elementos que se asocian a tumbarse y pasarse horas muertas achicharrándose. Mal hecho. Ya sabes que hay que evitar las horas centrales del día, que es cuando más pega el sol. De este modo, te prohibimos que tomes el sol a mediodía (sobre todo de 2 a 4 de la tarde). Por tanto, el primer paso es la precaución.
Por otro lado, hay unos pequeños trucos y consejos que te podemos dar para conocer tu cuerpo, y saber controlar a tiempo las manchas que te puedan salir en la piel, para frenar la incidencia del cáncer de piel.
En este sentido hay que autoexplorarse la piel, conocer nuestras manchas y lunares, sobre todo aquellas que puedan ser sospechosas. Es importante darse cuenta de que las manchas no sean asimétricas y que los bordes no parezcan irregulares. Además, el color de las manchas tiene que ser homogéneo, y no tiene que haber una zona más oscura que otra.
El tamaño de la mancha no tiene que ser superior a los seis milímetros, en cuyo caso conviene que lo estudies y tengas especial cuidado. Si ves que el lunar y la mancha evoluciona de manera extraña, acude rápidamente al dermatólogo.
Ya se que ahora me dirás que el sol es bueno, pero yo te digo que no tanto, y que en exceso puede provocarte un cáncer de piel, lo cual, como comprederas, no es nada alagüeño.
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