Cómo controlar los excesos de comida en Navidad

Las fiestas navideñas, además de paz y amor,  nos suelen traer algunos kilos extra. Estamos excesivamente acostumbrados a que valga todo en estas fechas y,  por eso,  es muy sencillo acabar perdiendo el control por completo de lo que comemos.

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lunes, 12 diciembre, 2011
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No te voy a hablar de dietas saludables para comer en estas fechas, ni tampoco voy a decirte qué es mejor una ensalada que el pavo.  Solo se trata de poder evitar aquello que no necesariamente debemos hacer, sin dejar de cumplir con la tradición.

Si no estás dispuesta a tirar por la borda todos esos esfuerzos por mantener una dieta y seguir una vida sana, no desesperes, aún hay una posibilidad de cuidar lo que comemos en Navidad.

Lo primero que debemos hacer es evitar sentarnos en torno a la mesa en todas las ocasiones. Quiero decir, que reservemos las comilonas para los días señalados y tratemos de seguir nuestros hábitos normales el resto de días. Si somos capaces,  podremos concentrar los excesos en cuatro o cinco jornadas, no en quince.

Si eres quien prepara la comida o la cena, evita en todo momento entrar en la cocina con hambre. Lo mismo ocurre para los invitados. Prepara un pequeño aperitivo suave antes de la comida principal para que la gente se siente con menos apetito.

Durante las comidas navideñas es preferible que tomes vino que cerveza. Si eres de los que tomas alguna que otra copa después de cenar, intenta cambiar el refresco gaseoso con el que lo combines por uno light. Parece una tontería,  pero el ahorro de calorías es muy alto.

Nunca te saltes una comida aunque estés empachada. Puede que hayas comido tanto que no te apetezca, pero el efecto es peor, así que come algunas verduras o un poco de fruta, pero no te saltes comidas.

Evita los dulces, no en las comidas especiales, sino el resto del tiempo. Mi consejo es que lo compres controlado y que no te sobre. Si ves que vas a estar haciendo visitas a la despensa durante todas las vacaciones es mejor que se lo des a algún invitado o te deshagas de ellos.

Y bueno, siempre te queda cuidarte después de Navidad.

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