

Se trata, junto con la incontinencia urinaria, de la disfunción de suelo pélvico más común en mujeres y pese a que no afecta al pronóstico vital, afecta gravemente a su calidad de vida. Tan solo en el 21% de los casos de prolapso pélvico se advierten síntomas severos y en algunas situaciones requieren intervención médica.
Qué es el prolapso pélvico
El prolapso pélvico es una disfunción del suelo pélvico que consiste en el descenso de los órganos pélvicos (vejiga, recto, útero o intestino) y que se produce por el fallo de los mecanismos de sujeción de los mismos. Los principales factores que favorecen la aparición de esta enfermedad son, además de la constitución individual de cada mujer, los embarazos y partos, el envejecimiento, la obesidad, el estreñimiento, el tabaquismo y las cirugías pélvicas.
Síntomas del prolapso pélvico
La sensación de bultos pélvicos, tener dificultades para orinar y alteraciones en el vaciado de la vejiga o sufrir limitaciones en el desarrollo de las relaciones sexuales, entre otros síntomas, son motivos de alerta para acudir a la consulta del urólogo o ginecólogo. Se estima que más del 50% de las mujeres no consultan al especialista.


Tratamiento del prolapso pélvico
En muchas ocasiones, tratándose de un prolapso pélvico leve, se recomienda a la paciente una serie de ejercicios y evitar realizar grandes esfuerzos, tales como levantar peso o estar mucho tiempo de pie. No obstante, cuando el prolapso está en estadios más avanzados, sigue habiendo soluciones que permiten a las mujeres mejorar su calidad de vida y que les ayudan a recuperar la plenitud en sus relaciones sexuales.
Además de los cuidados y la vigilancia regulares, existen diversos tratamientos del prolapso pélvico que pueden devolver a las pacientes su calidad de vida. La cirugía reconstructiva, con uso en muchas ocasiones de mallas transvaginales, presenta una eficacia superior al 85% y su uso se ha generalizado debido a la mejoría que ha supuesto su introducción en las cirugías reconstructivas. Se trata de una pequeña malla de polipropileno, macroporo, monofilamento, y de bajo peso, que se usa normalmente vía vaginal en el interior del suelo pélvico. El objetivo de este procedimiento es reemplazar los tejidos dañados de la paciente y así conseguir sostener sus órganos pélvicos. Esta intervención, aunque precisa hospitalización, es de corta estancia y poco invasivo.