Sin embargo, ahora sabemos que el famoso "amor de madre" tendría efectos sobre el cerebro.
Se ha podido demostrar que los niños que son cuidados y apoyados más por sus madres durante sus primeros años de vida tendrían un cerebro con un hipocampo más grande. Esta estructura juega un papel fundamental en el aprendizaje y memoria. También influye en las situaciones de estrés y tensión, ya que es la principal estructura del cerebro que se encarga de la respuesta a estas tensiones, activando el sistema nervioso autónomo, un sistema involuntario de los nervios que controla la liberación de hormonas de estrés, que a su vez combaten el estrés mediante el aumento de la frecuencia cardíaca.
La investigación, publicada en The Proceedings of the National Academy of Sciences, y que ha sido obra de un equipo de psiquiatras infantiles y neurocientíficos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, en San Luis, es la primera en demostrar que los cambios en el hipocampo de los niños están relacionados con los cuidados maternos. Para realizar esta estudio se tomaron imágenes cerebrales de un grupo de niños de entre 7 y 10 años. Se comprobó que los niños que habían sido cuidados y muy queridos por sus padres tenían un hipocampo casi un 10 % mayor que en los niños que no habían recibido tanta atención.
Este estudio pone de manifiesto la importancia del apoyo de los padres en los procesos de adaptación de los más pequeños. De este modo, resulta fundamental prestar atención en el cuidado y educación de los niños, ya que tendrán una gran influencia en el desarrollo posterior del niño.
Con este estudio se comprueba no sólo los factores psicosociales o de rendimiento escolar, sino que aporta la evidencia de la importancia de una paternidad enriquecedora en el desarrollo infantil. Estos efectos tan positivos de los cuidados de la madre biológica, se podrían obtener también si se trata de abuelos, padres o padres adoptivos.
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