
El nervio óptico es el encargado de llevar la información visual desde el ojo hasta el cerebro. Por ese motivo, una inflamación de este nervio puede provocar que se lesione su aislamiento, lo que podría originar pérdida visual permanente. Por eso, siempre que haya que pérdida de visión repentina hay que acudir de manera urgente al médico para que pueda realizar un rápido diagnóstico.
El origen de la neuritis óptica es desconocido, pero suele estar relacionado con otras enfermedades como:
- Esclerosis múltiple.
- Enfermedades autoinmunitarias, como el lupus, la sarcoidosis o la enfermedad de Behcet.
- Infecciones bacterianas, como la tuberculosis, la meningitis y la sífilis.
- Infecciones de tipo viral, como la mononucleosis, la encefalitis viral, la varicela, el sarampión, la rubéola, la papera o el herpes zóster.
- Infecciones respiratorias, como puede ser la neumonoía por micoplasma.
- La Criptococosis

Podemos sospechar de una neuritis óptica cuando se produce uno o varios de estos síntomas:
- Pérdida de la visión de forma repentina. En cuestión de unas horas o pocos días aparece una pérdida de visión. En la mayoría de las ocasiones afecta a un solo ojo, pero también se pueden dar neuritis ópticas bilaterales con pérdida de visión en ambos ojos.
- Dolor ocular, en especial al mover el ojo.
- Manchas o puntos ciegos en el campo de visión.
- Alteración en las reacciones de la pupila en la percepción de la luz brillante y de la profundidad.
- Los colores pueden presentar un aspecto descolorido, en especial el rojo.
Todos estos síntomas empeoran cuando se produce un aumento de la temperatura del cuerpo.
El diagnóstico de la neuritis óptica es clínico, ya que su presentación es típica. Sin embargo, dada su relación con otras enfermedades, en especial la esclerosis múltiple, es importante realizar otras pruebas para completar el diagnóstico, esclarecer la causa, establecer un tratamiento y determinar el pronóstico visual y neurológico. Algunas de ellas pueden ser un examen de la visión cromática, una resonancia magnética del cerebro y un examen de agudeza visual.
La visión se suele recuperar al cabo de 2 a 3 semanas sin tratamiento. El pronóstico es excelente en la mayoría de los pacientes que no tienen una enfermedad asociada a la neuritis óptica. Sin embargo, el pronóstico es desalentador cuando es originada por esclerosis múltiple u otras enfermedades autoinmunitarias.
Hay que tener en cuenta que un alto porcentaje de pacientes con neuritis óptica desarrollará esclerosis múltiple en los años siguientes. De hecho, en un 20% de los pacientes, la neuritis óptica se presenta como el primer síntoma de la esclerosis múltiple.
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