
Entre las causas que producen una fístula anal, se encuentran los abscesos anales, complicaciones de la cirugía o ser consecuencia de enfermedades como la colitis ulcerosa, diverticulitis o enfermedad de Crohn y también enfermedades de transmisión sexual como la clamidia o la sífilis, tuberculosis, cáncer de recto y enfermedades inmunosupresoras como VIH y SIDA.
Síntomas de una fístula anal
Los síntomas de una fístula anal cursan con fiebre, dolor constante y punzante que resulta peor al sentarse o al toser, piel del ano que muestra inflamación, irritación, enrojecimiento y mayor sensibilidad de la zona, secreciones de pus o sangre, estreñimiento.

Si la fístula ha sido causada por un absceso, se produce fiebre, fatiga y malestar general; en el caso de que la fístula haya sido causada por la inflamación de los intestinos, por ejemplo a causa de enfermedades como la colitis ulcerosa o colon irritable, también pueden existir síntomas de la fístula como pérdida de apetito, pérdida de peso, dolor abdominal, náuseas vómitos y diarrea.
Tratamientos de la fístula anal
Para evitar daños en los músculos del esfínter y que pueda llevar a incontinencia intestinal, la cirugía es el principal tratamiento de la fístula anal; entre los principales métodos de tratamiento se encuentran los siguientes:
Fistulotomía
La fistulotomía es el tipo de cirugía más utilizado, casi en el 95 % de los casos
y consiste en hacer un corte a los largo de la fístula, desde la abertura interna a la abertura externa para vaciar el contenido de la misma; pasados un par la fístula se cura y queda una cicatriz, lo que reducirá la probabilidad de que exista incontinencia intestinal.
Colgajo endorrectal de avance
Este procedimientos se utiliza en fístulas anales complejas o con un alto riesgo de incontinencia y muestran eficacia en el 70% de los casos; se trata de tomar una pieza de tejido que se extrae del recto o de la piel alrededor del ano, eliminar la zona de la fístula, al igual que en la fistulotomía y unir el colgajo de avance, donde se encontraba el orificio interno de la fístula.

Enchufe bioprotésico
Es un tapón en forma de cono hecha de tejido humano y se utiliza para bloquear la abertura interna de la fístula anal, mediante suturas para mantener el tapón en su lugar, pero la apertura externa no se sella completamente para que la fístula puede seguir drenando; los resultados del enchufe bioprotésico no son seguros porque puede dar lugar a un nuevo absceso.
Técnica Seton
Con la técnica Seton se utiliza un hilo quirúrgico que se deja en el tracto de la fístula durante varios meses, para mantener las vías abiertas, lo que permite un correcto drenaje, y se realiza cuando el paciente está en alto riesgo de desarrollar incontinencia.
Técnica no quirúrgica con pegamento de fibrina
Es la única opción no quirúrgica, donde el pegamento se inyecta dentro de la fístula anal para sellar el tracto, y seguidamente se sella la abertura con suturas, pero tiene el inconveniente de que tiene un porcentaje muy bajo de éxito.
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