La cirugía y las heridas, dan la oportunidad a los microbios de afectar al sistema inmunológico. Otros riesgos incluyen la enfermedad crónica, la pobreza, el estrés, vivir con muchas personas y el agua potable del grifo.
Tips para fortalecer tu sistema inmunológico
Afortunadamente, existen formas para fortalecer su sistema inmunológico.
Alimentación adecuada
Son imprescindibles las dietas altas en frutas, verduras y frutos secos que promueven la salud inmune, porque son ricos en nutrientes; así como una adecuada ingesta de proteínas, tanto de origen vegetal o animal. Los hongos medicinales como el shiitake, maitake y reishi contienen beta-glucanos, que son carbohidratos complejos que mejoran la actividad inmune contra las infecciones y el cáncer y reducen los casos de alergias; habrá que evitar el azúcar y las bebidas azucaradas.
Reducir el estrés
El estrés psicológico aumenta el riesgo de resfriado común y otros, y el estrés crónico puede promover un sistema inmunológico hiperactivo-reactiva y agravar condiciones como alergias, asma y enfermedad autoinmune. La reducción del estrés, actividades como la meditación o los masajes, producen cambios positivos en el sistema inmunológico.
Ejercicio moderado
La práctica de ejercicio moderado descarga la tensión y el estrés y mejora la función inmune, por lo menos 45 minutos de ejercicio de intensidad moderada cinco días a la semana.
Dormir bien
Dormir adecuadamente promueve el crecimiento y las hormonas de reparación. La falta de sueño activa la respuesta de estrés, reduce la función inmune y eleva sustancias químicas inflamatorias, que hacen que te sientas enfermo.
Mayor socialización
Las personas con ricas vidas sociales gozan de mejor salud y mayor longevidad que los solitarios.
Relaciones sexualesLas relaciones íntimas y sexuales tienen ventajas sobre el sistema inmunológico; las personas que tienen relaciones sexuales una o dos veces a la semana tenían un 30 % más anticuerpos IgA, que los que tenían relaciones sexuales con poca frecuencia.
Dejar de fumar
El tabaco provoca la inflamación, aumenta la mucosidad respiratoria, y tiene un mayor riesgo de padecer infecciones respiratorias, incluyendo resfriados, bronquitis, neumonía, sinusitis e infecciones del oído medio.