Una gastroscopia o también conocida como endoscopia digestiva alta, es un método de exploración, que se realiza con un tubo de luz o gastroscopio, el cual se introduce por la boca, pasa por el esófago y llega hasta el estómago y el duodeno, y su finalidad es buscar posibles alteraciones.
La gastroscopia normalmente se realiza como un procedimiento ambulatorio de hospital, por lo que no habrá que pasar la noche. Su estómago debe estar completamente vacío para que el médico pueda ver el revestimiento del estómago y del duodeno con claridad y se le pedirá que siga las instrucciones de ayuno; por lo general, no se debe de comer o beber de seis a ocho horas antes de la gastroscopia.
Es importante seguir los consejos del médico, ya que la gastroscopia se puede realizar bajo anestesia local, que normalmente se administra en forma de spray para la garganta. Esto bloquea el dolor de la garganta, pero hace que el paciente permanezca despierto durante el procedimiento. Se ofrecerá un sedante para ayudarlo a relajarse, el cual se administra como una inyección en el inicio del procedimiento.
Una gastroscopia puede ayudar a averiguar qué está causando síntomas tales como indigestión, acidez, vómitos repetidos o vómitos con sangre, dificultad para tragar, dolor abdominal, pérdida de peso y anemia.
También se usa para verificar ciertas condiciones gastrointestinales tales como la enfermedad celíaca, úlceras, esófago de Barrett o los primeros signos de cáncer. Una gastroscopia se puede utilizar para ver si hay cualquier tipo de tumor o úlceras en el esófago, el estómago o el duodeno, y se puede utilizar para eliminar cualquier obstrucción.
Entre los efectos no deseados, pero temporales, que pueden aparecer después del procedimiento se encontrarían garganta entumecida, dolor de garganta o dolor de estómago durante unas horas, así como hinchazón o inflamación, la cual suele pasar con bastante rapidez.
Aunque las complicaciones específicas de la gastroscopia son poco frecuentes, puede aparecer: sangrado, daños o desgarros en el esófago, el estómago o el duodeno, en particular si se ha realizado una biopsia o ha sido eliminado un pólipo o una reacción a la sedación, como puede ser problemas dermatológicos respiratorios o cardíacos.
La mayoría de personas no tienen problemas después de una gastroscopia, pero el paciente se debe de poner en contacto con el médico si hay presencia de tos o vómitos con sangre, sangre en las heces, dolor abdominal o dolor en el hombro que empeora gradualmente.
Fuente Imágenes ThinkStock.
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