Fracasa una Vacuna Contra el Sida

1 octubre 2007 | Por davidaguilera

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SIDA

Una vez más, la investigación sobre la vacuna que ponga fin al SIDA ha sufrido un duro revés, un fuerte golpe. Esta vacuna, una de las más prometedoras que se habían descubierto para acabar con dicha enfermedad y la más avanzada en los ensayos, no funciona en los seres humanos. Los expertos independientes que evaluaron los resultados iniciales de esta vacuna concluyen que ni previene los contagios por el virus ni frena la evolución del sida una vez que el VIH ha infectado a alguna parte del organismo. Estos malos datos han obligado a suspender la investigación antes de tiempo, mucho antes de lo que la comunidad científica se esperaba. Los ensayos en personas con esta vacuna, fabricada por Merck y financiados por los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NIH), comenzaron en 2004 y en ellos participaban más de 3.000 voluntarios sanos de Estados Unidos y América Latina, en su mayoría homosexuales y prostitutas afectados por tan peligroso virus. Aunque los primeros resultados estaban previstos para principios de 2008, los investigadores y la compañía han decidido poner fin al trabajo, que estaba en la segunda fase, al confirmar que el producto no es efectivo en los seres humanos. Después de más de diez años trabajando en este sentido, el no funcionamiento de esta vacuna supone un espaldarazo absoluto a la comunidad científica que, ciertamente, creía en las posibilidades de mitigar los efectos de ésta, tan devastadora enfermedad. La vacuna experimental se centraba en las células 'T', los linfocitos encargados de matar a las células infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana. Tras la decepción que ha supuesto este final prematuro de los ensayos, los expertos pretenden ahora averiguar si se trata de un fracaso concreto de este producto investigado o de si el fallo se encuentra en el mecanismo que sustenta a la vacuna, lo que puede tirar por tierra toda una clase de inmunizaciones experimentales. Así, y tras este palo a la medicina moderna, el afán se centra ahora en poder seguir luchando contra una de las enfermedades más crueles de los últimos tiempos, una enfermedad para la que parece que el mejor remedio es la precaución. Estar siempre alerta ante un virus inapelable.

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