El esguince cervical o latigazo cervical es uno de las lesiones más usuales, especialmente después de un accidente de coche o de una caída y puede tener consecuencias inmediatas o dejar secuelas muy molestas si no se trata.
Suele estar causado por un movimiento brusco de delante a atrás, como sucede en una colisión o un frenazo, donde la cabeza se mueve bruscamente, por lo que los músculos del cuello y las vértebras cervicales se ven implicadas y sufren una gran presión, por lo que los tendones y nervios pueden resultar dañados.
Los efectos de latigazo cervical pueden ser muchos, aunque tratados a tiempo no dejan secuelas; los músculos y ligamentos se ven resentidos, puede ser desgarrado algún tendón o irritado algún nervio, sólo excepcionalmente se puede provocar el desplazamiento o la ruptura de algún disco cervical o afectar a la médula espinal y en casos raros se ha hallado daño en las vainas de mielina y una disminución en la velocidad de conducción nerviosa, con la consiguiente debilidad muscular.
Algunas lesiones no son visibles inmediatamente después del accidente, y aparecen a largo plazo, como dolores de cabeza, dolor cervical, hombros, espalda y articulaciones mandíbulares, así como trastornos de la visión o de la concentración, fatiga, irritabilidad e incluso imsomnio, que pueden persistir durante semanas, meses o incluso ser permanentes durante un tiempo, seguidos de largos períodos de inactividad.
Si sufres un episodio de esguince cervical, la mejor opción es consultar un médico, que te recetará antiinflamatorios y puede que un un collarín cervical y posiblemente te realizará una radiografía, para ver si existen lesiones óseas. Si presentas síntomas neurológicos, se podrá recurrir a la resonancia magnética.
Fuente Imagen: WlkerSister/flickr
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